"Llegamos a un agotamiento de las políticas de inclusión vía consumo"
Para el diputado nacional es hora de pensar la redistribución "fundamentalmente a partir del apuntalamiento del trabajo". "La discusión interna debe darse en forma propositiva", aclara.
Por Gustavo Schnidrig
Se viven días agitados en el Congreso de la Nación. Hace pocas semanas, el presidente Alberto Fernández anunció el envío del proyecto de impuesto a la renta inesperada, ya en pleno debate, mientras la oposición legislativa lograba meter y darle media sanción a la iniciativa para incorporar la boleta única de papel en las elecciones nacionales.
En paralelo, los intendentes de la provincia convocaron a los diputados y senadores nacionales por Santa Fe para debatir la postura respecto a la federalización de los subsidios destinados al transporte público.
En aquel encuentro, el diputado nacional Eduardo Toniolli remarcó la necesidad de encontrar una solución favorable para Santa Fe, resaltando la intención de los actuales ocupantes de Casa Rosada por solucionar el conflicto "pese a no tener presupuesto y del desbalance dejado por la gestión macrista".
También resaltó la intención gubernamental de recuperar el sistema ferroviario de transporte de pasajeros, y celebró los avances que tuvo su trabajo en la Cámara Baja para recuperar la línea Rosario-Cañada de Gómez, un primer aval en su intención de lograr de reactivar las redes entre Tostado y la provincia del Chaco.
A todo ello se refirió horas más tade, sentado en el living de Santa Fe Plus, donde se animó a hacer una caracterización de la interna peronista y evaluar posibles salidas de gobierno superadoras.
—Tras participar del encuentro por los fondos coparticipables para el transporte público: ¿qué lectura hacés de esta problemática?
—Fuimos convocados por los intendentes de Santa Fe, Rosario y Rafaela para charlar sobre el planteo en relación a la distribución de los subsidios federales al transporte. Nos toca hacer este reclamo más allá de quién gobierna a nivel nacional, aunque deberíamos recordar que el expresidente Mauricio Macri recortó el 75% de los subsidios al interior del país, mientras que la gestión actual los fue recomponiendo, primero triplicando los subsidios en enero del 2020, que no alcanzaron producto de la pandemia, y luego actualizando los montos por encima de la inflación. De hecho el último presupuesto, no votado por la oposición de Juntos por el Cambio y del Frente Progresista, disponía un aumento del 70% en los subsidios al interior del país. Que el Gobierno no tenga el presupuesto aprobado también atenta contra la posibilidad de agilizar los pagos.
Más allá de eso, ya empezamos a discutir alternativas en la Comisión de Transporte del Congreso nacional. Lo hacemos amparados en la decisión del Ministerio de Transporte de la Nación para que Caba se haga cargo de las 32 líneas que actualmente están bancadas por Casa Rosada. Es una señal de la importancia de que cada provincia se haga cargo de los recorridos que inician y terminan en sus territorios.
Hay que construir ese escenario. Tenemos un Gobierno abierto a mejorar las condiciones del transporte en el interior del país. Más allá de nuestra identidad política, también pretendemos que haya un planteo de apoyo al presidente en su gestión para que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se haga cargo de su transporte.
—En paralelo estás trabajando iniciativas para refuncionalizar las líneas de trenes de pasajeros, desde hace años abandonadas; ¿por qué es importante incluir este tópico al debate?
—Es bueno discutir la cuestión de los trenes de pasajeros en momentos donde se debaten los subsidios al transporte automotor. Federalismo no solo es el aumento de subsidios al transporte tal como hoy lo conocemos, sino el recuperar las redes de trenes metropolitanos que en Santa Fe y Rosario fueron muy importantes. El tren es el transporte del futuro y del mundo. Lo pensamos nosotros y los dirigentes de los países centrales. Por eso adherimos al plan de modernización del transporte ferroviario impulsado por el Gobierno nacional, que retoma el plan del segundo mandato de Cristina.
En breve se va a reinaugurar el tren Rosario-Cañada de Gómez, luego será el turno de Santa Fe-Laguna Paiva, a partir de un acuerdo entre Nación y Provincia, y buscamos además recuperar otros servicios, como puede ser en el norte el servicio que unía a Tostado con Chorotis (Chaco). Recuperar estos trenes es una forma de revitalizar localidades que desde su salida se fueron languideciendo. Además siempre debe tenerse presente que el tren es más barato, seguro y rápido que el transporte automotor.
—¿Qué otros temas venís trabajando en el Congreso?
—Esta primera etapa de trabajo legislativo tiene un atractivo específico relacionado a la agenda productiva. Como integrante de la Comisión de Industria, buscamos acompañar una serie de iniciativas como la Ley de Electromovilidad, de Compre Argentino, de Bio y Nanotecnología, de Promoción de la Actividad Automotriz... es decir, un paquete de iniciativas enviadas por el Gobierno nacional para apuntalar la actividad de aquellos sectores que recuperaron la senda de desarrollo productivo tras la pandemia.
Se busca recuperar un horizonte de política industrial y está superándose el escenario recesivo heredado en 2019. A pesar de la pandemia y la guerra en Ucrania, hay sectores que ya se ubican en condiciones previas a la recesión macrista y que se ubican como potentes motores de los 10 puntos de crecimiento registrados el año pasado.
—¿Esto incluye a Santa Fe?
Santa Fe en este proceso de recuperación industrial es uno de los puntales de la recuparación, con algunos hitos como la agroindustria y el enorme cordón industrial del Gran Rosario.
Pero a Santa Fe le va a ir bien si a la Argentina le va bien. Lo demuestra la historia reciente. El país pasó por ciclos recesivos y achicamiento del mercado interno, donde los cordones de las grandes ciudades la pasaron pésimo. Cuando se recupera la actividad económica, la provincia crece. Por eso no debe haber una dicotomía entre el desarrollo local y el de Nación.
Los números positivos muestran el camino. Pero nadie duda de que en paralelo existe un escenario complejo de enorme desigualdad que se repite en todo el mundo. Por eso el Gobierno envió una serie de iniciativas que estamos acompañando, como es el caso del Monotributo Productivo, una heramienta fiscal para los 9 o 10 millones de argentinos que trabajan sin patrón y necesitan la formalidad para acceder a una atención médica y demás beneficios.
Por eso quiero destacar que si este gobierno solo tuviese una pata productiva, vinculada a los sectores de la gran economía e industria, sería un proyecto rengo. Pero la agenda del Gobierno nacional nunca se gestó en una oficina o entre cuatro paredes, sino a partir de la confluencia de distintos sectores de la producción y del trabajo que se identifican con este gobierno.
Esto va de la mano con otro proyecto del Gobierno para el fortalecimiento de la economía popular, a través de políticas como el acceso a máquinas y herramientas, créditos bancarios y no bancarios, etc.
—¿Son políticas que le puedan dar una solución concreta a este sector?
Entiendo que sí. El Ministerio de Desarrollo Productuivo presentó ademàs el Plan Productivo 2030, que busca sumar 2 millones de trabajadores al circuito formal y serán alcanzados por los beneficios sociales que hoy no tienen, aunque siempre debe recordarse que aún quedan otros once millones de argentinos que esperan su posibilidad. Este Gobierno entiende que hay que meter recursos y generar normativas para que sean más reconocidos esos trabajos que hoy resuleven muchas necesidades básicas. Que sean trabajos con derechos.
—¿Qué opinión le merece la interna peronista nacional?
No suelo detenerme en las contradicciones. Creo en buscar los puntos de acuerdo, que están planteados en base a un modelo de desarrollo nacional y en contraposición al modelo especulativo que nos unió.
Después no tengo dudas de que esas discusiones marcan algunas discusiones necesarias para perfilar hacia dónde ir y cómo resolver algunos cuellos de botella. Pero lo mejor es intentar resolver esas contradicciones de manera propositiva. La mejor forma de dar la discusión interna es generando iniciativas que redistribuyan los ingresos a partir del trabajo.
Es la perspectiva asumida desde el Movimiento Evita, acercando y proponiendo proyectos como el de Monotributo Productivo y una ley de Fortalecimiento de la Economía Popular.
En lo personal, considero que llegamos a un agotamiento de la política de inclusión vía consumo, y que la inclusión debe darse fundamentalmente a partir del apuntalamiento del trabajo. Pero es importante recordar que son muchos más los puntos de encuentro, que los desacuerdos, a la hora de pensar un modelo de país.