"Tenemos la voluntad política para cambiar la gestión del maquillaje"
Es candidato a concejal por la lista de Leandro Busatto y Federico Fulini, un armado peronista que a nivel local confluyó por fuera del PJ. "En esta ciudad no se planifica" y "la cultura explota en los barrios como puede", dice sobre una ciudad de la que destaca "la ausencia estatal". "Estamos muy conformes con nuestra campaña", cuenta al filo de la veda.
Claudio Cherep, a quien se lo conoce como “el Turco”, es candidato a concejal por la lista que lleva a Leandro Busatto y Federico Fulini como aspirantes a la Gobernación y la Intendencia, respectivamente.
Tiene una forma muy gráfica de describir al "modelo de ciudad" de la actual gestión municipal, a la que califica “del maquillaje” y como una continuidad de las dos gestiones anteriores.
Habla de una “ciudad de las luces” o “de las 40 manzanas” que solo cobija a un cuarto de la ciudad. “Hoy la cultura explota en los barrios como puede porque falta un Municipio presente”, afirma.
Tampoco ve con buenos ojos la labor del Concejo, a la que —dice— muchos ven como una “estudiantina” porque “no va al hueso ni resuelve la cuestiones de fondo”.
“La cuestión de la inseguridad y la problemática vinculada a las adicciones adolescentes aparecen como los grandes temas. También la inviabilidad de formar parte de la ciudad para todo el cordón noroeste”, resume sobre la actualidad local.
“Tácticamente afrontamos una interna por fuera del Partido Justicialista pero no nos quita un ápice de que somos y actuamos como peronistas”, agrega sobre el armado que comparte y por el que irá a interna con Pablo Landó.
—¿Cómo vienen transitando el sprint final de campaña?
—Planteamos una campaña de recorrida que nos permitiera tener al menos tres reuniones por día en distintos lugares y con distintas organizaciones o vecinales de la ciudad, para hablar cara a cara con al menos 10 personas por reunión. En 50 días de campaña pudimos alcanzar las 1.500 charlas.
Lo hicimos bajo la convicción de que la política debe recuperar el cara a cara entre tanta red social. Y también porque el concepto que maneja la boleta única termina favoreciendo a las fuerzas con más billetera.
Estamos en la etapa final y lo hicimos según lo planeado. Los resultados electorales no estarán ligados solamente a ese trabajo, pero estamos conformes.
—¿Cuáles son los principales temas que recogieron?
—La mirada sobre la ciudad no difiere mucho de la que se lee en la prensa. La cuestión de la inseguridad y la problemática vinculada a las adicciones adolescentes aparecen como los grandes temas. También la inviabilidad para formar parte de la ciudad para todo el cordón noroeste.
En una de las reuniones en barrio Barranquitas, cerca del cementerio, un muchacho nos dijo: “Y sí, a mí me queda más cerca la ciudad”. O sea que hay un montón de santafesinos que viven sin considerarse parte de Santa Fe.
Describe claramente cómo vivimos, pero además entiendo que no es una situación antojadiza. Se trata de un modelo de ciudad que se profundizó en los últimos 16 años de gobierno, por parte del actual frente de frentes.
—¿Cómo es ese modelo y qué oponen ustedes?
—Proponemos un cambio de matriz y no de maquillaje. El modelo actual fue desgastando todas las organizaciones como vecinales, clubes o asociaciones civiles y culturales. Fue más amigable con los sectores de poder y menos con los postergados.
Es una ciudad que yo llamo “de las 40 manzanas” o ”de las luces” y que agrupa a unos cien mil habitantes. Los restantes 300 mil están por fuera.
Nosotros proponemos un plan a 15 años, por lo menos, y un acuerdo entre las fuerzas políticas para incluir a los actores involucrados. Sino la ciudad va a ser cada vez más inviable.
¿A qué le decimos maquillaje? Por ejemplo, el pensar como vía de solución al tránsito los carriles exclusivos sobre calle Rivadavia, destinados a ahorrarles 10 segundos a las empresas de colectivos. Un cambio que perjudicó a quienes transitan y deben doblar a la derecha. Colapsaron un centro que ya estaba colapsado.
Es solo una muestra de que en esta ciudad no se planifica. Por el contrario, va copiando ejemplos de otros lugares que son costosos o terminan perjudicando.
—¿En qué otros temas notás la ausencia estatal?
—Otro ejemplo es el precio de la comida. Está claro que la Municipalidad no puede incidir directamente, pero puede hacer mucho. Pero en esta ciudad del maquillaje, los viejos mercados y frigoríficos municipales desaparecieron en manos de ofertas que son mucho más estéticas pero poco efectivas para darles de comer a la gente.
A su vez fue consolidando un grupo de formadores de precios de cuatro cadenas de supermercados locales y algunas nacionales. Fijan los precios mientras la mayoría de los pibes de nuesrtros barrios comen menos de lo debido.
El modelo de ciudad debe contemplar la geografía que a uno le toca habitar. Estamos rodeados de una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo y la mayoría de la población del noroeste no tiene agua potable; estamos rodeados de un cordón frutihortícola y la gente no puede comprar las verduras a un precio accesible; tenemos una provincia con dos vacas por habitantes y los chicos no comen carne; tenemos una media luna láctea referente a nivel mundial y en los merenderos cortan la leche con agua porque no les alcanza…
Son situaciones objetivas que una Municipalidad no puede eludir. Dispone de las condiciones y herramientas para que no se desarrollen esas grandes cadenas. Por ejemplo, con la creación de un frigorífico popular que costaría la mitad de lo que nos salió el tren urbano.
Nosotros tenemos la voluntad política para cambiar la gestión del maquillaje.
—¿Ves al Concejo preparado para dar estos debates?
—Creo que no tiene la voluntad política para dar discusiones de base. El vaciamiento de las organizaciones barriales da cuenta de ello, porque no hay nadie mejor que un vecino para hablar de la problemática de un lugar. Y sin embargo el vecino no siente contemplado por el Concejo.
También hay instancias que se presentan como profundas, como el debate por nocturnidad, pero que en el fondo son mera fachada. Plantean un supuesto debate cuando en realidad la cuestión de fondo ya fue resuelta de arriba hacia abajo.
El Concejo no va al hueso ni a lo profundo, está reducido a lo micro. Y a veces ni eso resuelve. Por eso la gente le fue perdiendo el respeto. Tiene la sensación de que es una estudiantina que se reúne una vez por semana.
—Hay quienes te consideran un outsider por haber sido periodista: ¿Querés contarnos sobre tu trayectoria militante?
—No soy el tradicional candidato que suele ir a buscarse a los medios de comunicación, primero porque no soy un famoso y segundo porque siempre fui un militante político que trabajó como periodista.
Sostengo una militancia que inicié en la escuela secundaria y luego continué en la universidad, en el trabajo y finalmente como funcionario en Sauce Viejo. Desde hace muchos años soy militante orgánico de La Corriente de la Militancia.
Siempre me dediqué a un área que la política tradicional suele tener en un segundo plano, como es la cultura. Generamos una actividad que ya funciona como una marca para nuestro espacio, como es la Feria del Libro Nacional y Popular, porque entendemos que la cultura es un hecho eminentemente político.
Me siento un militante que laburó siempre de periodista y que hoy tiene la posibilidad de protagonizar una candidatura. Nada más que eso.
—¿Cómo describirías al proyecto cultural del Ejecutivo municipal?
—Tenemos una cultura centrista, con una oferta importante para las 40 manzanas de las luces pero con menos posibilidades para desarrollarse para quienes viven por fuera.
A la ciudad de Santa Fe le faltan lugares para tocar y grabar, además de salas de teatro. Hoy la cultura explota en los barrios como puede. Con un Municipio en el medio, las cosas no deberían ser así.
Falta intervención real más allá de los bulevares. Los chicos hacen freestyle o hip-hop en las plazas. Se las arreglan como pueden y hay un montón de fenómenos similares. Es una situación típica de estos tiempos y que nace de la omisión del Estado.
Como peronistas reivindicamos la idea de abrir espacios físicos para llevar adelante la cultura, pero entendemos que no son excluyentes. La cultura puede suceder en cualquier parte, incluso en la calle. Solo se necesita del brazo del Estado. Pero hoy las organizaciones barriales no cuentan con su apoyo.
—Sobre la alianza bajo la que irás a interna: ¿qué evaluación hacés del armado que acordaron con Pablo Landó por fuera de la estructura peronista?
—Con respecto al marco de alianzas en la ciudad de Santa Fe, tácticamente afrontamos una interna por fuera del Partido Justicialista. Pero esto no nos quita un ápice de que somos y actuamos como peronistas.
El peronismo fue frentista toda la vida y ante la consolidación del modelo de ciudad vigente era preciso ampliar las fronteras de alianzas. Fue por eso que confluimos con el espacio que conduce Pablo Landó.
Con ellos tenemos un acuerdo de mínima que es la caracterización del adversario a enfrentar. Para cambiar la matriz de esta ciudad necesitamos combatir el modelo de puerto que tiene Santa Fe, de la que hoy pocos hablan.
Somos una comunidad que vive de espaldas a un puerto cuyos destinos se manejan en manos privadas. Desde allí se consolida el modelo de edificación y exclusión vigente. Cuenta con un consenso de quienes detentan el poder real, que ya no son los viejos patricios sino una nueva clase de pocas familias que se repartieron el espacio urbano.
Es por eso que yo no me ando preguntando si somos peronistas, socialistas, de izquierda o derecha quienes enfrentamos ese modelo. Si compartimos la batalla política y cultural, bienvenidos sean.
—¿Qué propuestas concretas tienen para recuperar el puerto?
—El programa político que propone Leandro Busatto se construyó partiendo de un diagnóstico provincial para luego llegar y potenciar cada ciudad. Un plan que trabajamos durante dos años junto a especialistas y en base a cinco puntos relacionados a la cultura, al deporte, a la educación, a la salud, al hábitat y medioambiente, a la seguridad y a la prducción y el empleo.
En este programa de gobierno marcamos un vínculo determinante con el puerto. Planteamos la construcción de astilleros para que el río Paraná (eso que otros llaman “hidrovía”) tenga barcazas fabricadas en nuestra provincia. Lo quee generaría mucha mano de obra, además de un marco identitario. Hoy la mayoría de las barcazas que cruzan el Paraná son de bandera paraguaya.
También proponemos que paguen impuestos quienes habitan casi impunemente los puertos santafesinos. El cereal que se va por Rosario no paga ingresos brutos, mientras que poner un negocio cualquiera debe tributar el tres y medio por ciento.
Si pudiésemos cobrarle a la cerealeras entre uno y dos puntos de ingresos brutos, recaudaríamos en un año 7.500 millones de pesos. Sería un dinero muy útil para la educación o el deporte.
Por eso entendemos como central la discusión por los puertos santafesinos.
—¿Cómo están conformadas las listas de Busatto gobernador y Cherep concejal?
—Nuestras listas lleva a Norma López y Facundo Olivera como precandidatos a diputados; a Gustavo Chara como precandidato a senador; y a Federico Fulini a la intendencia.
En mi caso, encabezo la lista al Concejo. Es un armado donde vertemos todo el trabajo militante. Por eso me acompaña Florencia Baigorria, una compañera de una agrupación del norte llamada La Florencio Fernández. También Milton Ifrán, un joven ligado a la cultura de Alto Verde.
Y luego una serie de militantes barriales que sostienen merenderos y copas de leche en toda la ciudad. Toda gente que no viene de los grandes medios, sino militantes barriales con los que trabajamos codo a codo.