El exconcejal y referente de La Corriente, Federico Fulini, observa en la gestión municipal de Juan Pablo Polettiun capítulo más en la degradación, porque privatizó una de sus funciones básicas como el alumbrado público”.

Preocupado por la continuación “de un modelo de gestión que ya lleva 17 años”, afirma que hacia dentro del peronismo “se está discutiendo entre varios sectores y varios dirigentes sobre la ciudad que queremos”.

Aunque aclara: “En términos legislativos es muy difícil que pueda irse en unidad en 2025, pero está siendo una interna de matices”. “Nuestro deseo es que haya una unidad y no vamos a hipotecarla, pero si me toca lo haré con mucho orgullo y entusiasmo”, agrega sobre una posible candidatura.

Por el momento, Fulini no ve que los discursos como el de Javier Milei en Davos haga mella en los espacios donde milita y trabaja, pero sí lamenta que encontraran “un hilo conductor en el feminismo para extender su odio”.

“Milei es tán genuflexo que cree que Donald Trump comparte su misma ideología”, señala sobre nuestro presidente.

Foto: prensa Federico Fulini.
Foto: prensa Federico Fulini.

—Venís particularmente enfocado en marcar tus discrepancias con la conducción de Poletti, ¿qué lectura haces del estado actual de la ciudad?

—Es una nueva etapa de un modelo que arrancó hace ya 17 años, pero con una degradación de las funciones del Estado municipal bastante marcada. Tenemos un nuevo festín sobre los terrenos públicos anexos a la Estación Belgrano, que se van volver a rifar como sucedió con los terrenos de la zona de Alem. Se disponen al servicio de la especulación inmobiliaria.

Además es un capítulo más en la degradación porque privatizó una de sus funciones básicas, por las cuales existe el Municipio, como es el caso del alumbrado público. O sea que hoy ni siquiera cambian los focos. La pregunta es para qué queremos un Estado municipal si no va a cumplir ninguna de sus funciones y solo se va a administrar un negocio con privados. ¿Cuál es la razón de ser? 

—¿Por qué crees inconveniente privatizar diferentes servicios públicos, como el de alumbrado público?

—Porque cualquier servicio que preste un privado debe tener un margen de rentabilidad, que sale de las arcas del Estado. Y la ciudad de Santa Fe, estructuralmente, no tiene una capacidad de recaudación acorde para afrontarlo. Pero tenemos privatizada la recolección de la basura, la mantención del alumbrado público, el transporte público de pasajeros…

Para hacerlo esquemático, la Municipalidad va a gastar 17.500 millones de pesos en 5 años para el aluimbrado público, algo que se podría haber hecho con 10 mil millones. Se podría resolver el problema de raíz. Lo público funciona y puede ser eficiente.

Se puede hacer y hay conocimiento para hacerlo. En Santa Fe tenemos tres universidades y podrían haberlas convocado para ahorrarnos el dinero e invertirlo, por ejemplo, en mejorar las condiciones de nuestros parques logísticos.

El sistema de recolección de residuos se lleva el 17 por ciento del presupuesto, casi 20. Es un porcentaje muy grande y quizás es el problema más complejo por resolver.

—Lo que no significa que los empresarios no tengan razón cuando dicen que van a pérdida…

—Exactamente. Por eso hay que evaluar alguna alternativa. Además hace falta una ordenanza que contemple a la totalidad del sistema, porque hay todo un mundo informal a integrar. Necesitamos además una porción de recursos destinados a la información y a la formación de los ciudadanos.

Y con el transporte público, creo que no se tiene la audacia suficiente para encarar un proceso de transformación. La ecuación no cierra, pero también es real que el servicio es malo.

Tenemos tres universidades, pongámosla al servicio de la ciudad.

—¿Cuál es el modelo de ciudad que ofrece el peronismo santafesino?

—Se viene hablando. Es lo más importante, lo más entusiasmante y lo más inteligente que podemos hacer y que está empezando a pasar. En el peronismo se está discutiendo entre varios sectores y dirigentes sobre la ciudad que queremos. Es una gran alegría que esté pasando. Significa que estamos haciendo las cosas para volver a gestionar la ciudad.

El peronismo estuvo 12 años gobernando la provincia y quizás deberíamos haber discutido más. Es una responsabilidad de todos los peronistas, no del sector que eventualmente ganó. Todos debemos discutir los modelos de gestión porque no se llega ni gobierna solo con consignas. Hay muchos compañeros dentro del justicialismo que están en esta misma sintonía.

Foto: prensa Federico Fulini.
Foto: prensa Federico Fulini.

—¿Hay alguna posibilidad de que el peronismo llegue unido a las elecciones que están a las vueltas de la esquina?

—Es muy difícil, en términos legislativos, que se pueda ir en unidad. Salvo que aparezca una persona con un nivel generalizado de aclamación, que no sucede. Pero sí se está tratando de que sea una interna de matices. Nuestro aporte es el discutir un modelo de ciudad.

—¿Vos tenés intenciones electorales para este año?

—Formo parte de un espacio político que está referenciado en la conducción de la compañera Cristina Fernández de Kirchner. Nuestro deseo es que, si no se logra la unidad del peronismo, al menos que el kirchnerismo tenga una expresión propia.

Entiendo que, por haber tenido una gestión pública y visibilidad, puedo llegar a integrar una lista, pero todavía falta bastante para tomar ese tipo de decisiones. Nuestro deseo es que haya una unidad y no vamos a hipotecarla, pero si me toca lo haré con mucho orgullo y entusiasmo.

—Sobre el discurso de Milei en Davos: ¿notás en los espacios donde militás esta misma avanzada de discursos conservadores sobre la agenda progresista y de extensión de derechos?

—No veo que haya eso. Milei es un ridículo que me genera desprecio hasta por cómo se maquilla y por manejarse como un payaso. Pero no hay que confundirse: no todos los que votan a Milei piensan como él. A todos nos altera la cabeza el vivir con tanta inflación. Pero todo lo que dice son expresiones de intolerancia que buscan excusas o chivos expiatorios en la sociedad, como depositarios de todos los males. Sucede con “la casta", cuando en realidad sabemos que la verdadera casta son los fugadores y quienes usurpan los gobiernos para hacer negocios. Encontraron un hilo conductor en el feminismo para extender su odio.

Milei es tán genuflexo que cree que Donald Trump comparte su misma ideología. Compartirá sus odios, pero en la cuestión económica es un proteccionista. Trump defiende su trabajo y el precio de la energía. Los británicos que tanto admira también crecieron en base al proteccionismo.

Cuando nos despertemos de esta pesadilla vamos a estar muy arrepentidos. Milei es un irrespetuoso y no hay que responderle con modales. Al menos en mi caso, ya me cansé.

Foto: prensa Federico Fulini.
Foto: prensa Federico Fulini.