Francisco en Pascua: "La guerra es siempre una derrota"
Este domingo de Pascua, el Papa Francisco apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro para impartir la bendición "Urbi et Orbi", en un mensaje marcado por un fuerte llamado a la paz y la unidad en un mundo atravesado por conflictos.
A pesar de su delicado estado de salud, el Pontífice, de 88 años, participó activamente en la ceremonia, transmitiendo un mensaje de esperanza en medio de los conflictos que aquejan al mundo.
“La guerra es siempre una derrota”, expresó con firmeza, al referirse especialmente a la situación en Ucrania, Israel y Palestina. Francisco volvió a reclamar el fin de las hostilidades y pidió respetar el derecho humanitario, al tiempo que alentó a la comunidad internacional a “encontrar caminos de reconciliación y diálogo”.
Uno de los momentos más destacados de su discurso fue cuando celebró que, por primera vez en once años, las Iglesias católica y ortodoxa coincidieran en la fecha de Pascua. El Papa consideró ese hecho como “un signo providencial” y una oportunidad para avanzar hacia una mayor unidad entre los cristianos. “Ojalá podamos llegar pronto a celebrar la Pascua todos en una misma fecha”, deseó.
En lo diplomático, también se conoció que el Sumo Pontífice recibió al vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, en su residencia de Santa Marta. El encuentro fue breve y de carácter protocolar, pero incluyó conversaciones sobre migración y los principales conflictos del escenario internacional.
Con un mensaje atravesado por la esperanza, la fraternidad y el deseo de un mundo más justo, Francisco volvió a posicionarse como una voz relevante y necesaria en tiempos de incertidumbre. La Pascua, recordó, “es el paso de la muerte a la vida, de la tristeza a la alegría”, y su llamado fue claro: “que nadie se quede fuera de esa alegría”.