Mónica Aquino, "el alma de la fiesta"
Está desaparecida desde el 5 de mayo. Al menos los últimos seis años vivió en un estado de vulnerabilidad y fue víctima de explotación sexual ejercido principalmente por su pareja, su cuñado y su suegra. A tres meses de su desaparición un repaso por su juventud en palabras de su madre, Mirta Machado, quien mantiene en pie su búsqueda.
Mirta Machado abre las puertas de su casa en Santo Tomé para compartir algunos recuerdos de su hija, Mónica Estefanía Aquino. "La Gordi", como le dice su familia.
Son pocas las fotos que le quedan de ella. Perdió casi todas en la inundación de 2003. Pero las que tiene las comparte y revive los momentos, en su mayoría cumpleaños familiares. En diálogo con Santa Fe Plus, Machado describe a una joven Mónica.
“Era la alegría de las fiestas, de los cumpleaños. Era muy alegre, siempre con una sonrisa, pero en los últimos cuatro o cinco años ya se la veía triste. Se divertía, pero cuando se iba se le ponía la cara triste", explica su mamá y agrega: “Nosotros intentabamos levantarle el ánimo”.
Mónica tiene cuatro hijos de diez, nueve, seis y cuatro años de edad (hace poco fue el cumple de dos de ellos). Falta de su casa, en Varadero Sarsotti, desde el viernes 5 de mayo de 2023.
Hace 14 años que Mirta vive en esa casa, tiene el ingreso por un portón gris y una sala iluminada por una luz cálida. A esa casa Hugo, su pareja, hoy imputado, ingresó solamente una vez.
Machado afirma que nunca le cayó bien. “A mi cuando una persona no me cae bien…”, dice y hace una pausa seguida de un gesto con el rostro.
“Mirá, es ella”
En su infancia Mónica vivió con su mamá en su casa de Barranquitas. A diferencia de cómo trascendió en los medios, su familia la llama desde chica “Gordi” o Estefanía. “Era el alma de la fiesta”, la describe su hermano menor que justo se levanta. “Ella hablaba con todos, tenía amigos, tenía amigas. Siempre fue alegre, y despues fue apagándose”, agrega su mamá.
La “Gordi” proviene de una familia numerosa. Son 15 hermanos en total contando los hijos que tuvieron sus padres separados. Los cumpleaños y fechas especiales como el día de la madre o el día del niño solian reunirse a festejar en familia.
“Antes venía a la mañana y se iba a la tarde. Después empezó a cambiar, venía a la mañana y después de comer, cortábamos la torta, y ya se quería ir", recuerda Mirta.
—¿Cómo la describirías a Mónica?
—Era alegre, jodía con las hermanas, se sacaban fotos y bailaban . Le gustaba bailar, cantar… a las nenas les cantaba.
De las amistades de la escuela, la que conservó por más tiempo es una de la infancia que actualmente vive en Estados Unidos. Se comunicaban por Facebook. Hace cuatro años se reunieron en un parque, pero por un breve momento: “Mónica estaba apurada por irse”, cuenta su mamá.
—¿Hay algo en particular que le gustaba hacer?
—Ella siempre decía “voy a ser maestra jardinera”.
A sus 16 años, Mónica se mudó de la casa de su madre (en Santo Tomé) a la de su padre y al tiempo se quedó viviendo con su abuela materna (en Santa Fe). “Ella quería salir, ir al baile y tenía sus amigos allá”, explica Mirta.
En esa época conoció al padre de su primera hija, con quien estuvo un tiempo. Se separaron antes de que nazca la bebé.
Era una adolescente cuando empezó a chatear con Hugo P. por Facebook, quien en ese momento estaba en la cárcel. Cuándo salió se juntó con Mónica y no le permitió ver a su ex, ni que éste vea a la nena (su primera hija).
En 2018 tuvo a las nenas y ya un año antes asistía menos a los cumpleaños, al día de la madre, del niñó y demás. “Empezó a venir menos a casa, venía triste, flaca y un ratito porque él la llamaba a cada rato. Y venía siempre acompañada del cuñadito" (el hermano menor de los Perez).
“Yo solo quiero que aparezca, por los chicos”, dice Mirta.
Mónica se encargaba de llevar y buscar a sus hijos de la escuela hasta su casa en Varadero Sarsotti. En julio dos de ellos cumplieron años. "A las chicas se les escapan chistes siempre, son igual a la madre", dice el hermano de Mónica.
—¿Preguntan sobre ella?
—El más chico dice que la extraña, qué la mamá nunca se fue a trabajar tantos días. La del medio se levanta todos los días con ganas de llorar. Le pregunto que le pasa y me dice ‘tengo ganas de llorar’, así que la dejo.
Ellos saben que está desaparecida porque les dije que no la encontramos. Les explico que cuando me voy, me voy a buscar a su mamá, pero que todavía no la encontramos, no sabemos dónde está’. Él les dijo que la mamá se iba a trabajar al norte.
Mónica Estefanía Aquino es de piel trigueña, ojos marrón oscuro, cabellos castaños, 1,54 metros de estatura y posee dos lunares en el cuello.
Por cualquier información las autoridades solicitaron contactarse con la Secretaría de Derechos Humanos y Diversidad de Santa Fe (Mendoza 3443, de la ciudad de Santa Fe o Balcarce 1145 de la ciudad de Rosario), al correo electrónico [email protected], o a los teléfonos 3425357756 y 0800-5553348.