En una breve escala argentina del Libertad World Tour 2024, el presidente Javier Milei se tomó unos minutos para visitar Rosario y relanzar el fallido Pacto de Mayo, a firmarse eventualmente en su nueva versión el 9 de Julio.

“Es sólo una expresión de buenos deseos”, caracterizan algunos opositores que no se oponen. En efecto, es rigurosamente cierto lo de “expresión de deseos”, en tanto los postulados de ese manifiesto con pretensiones refundacionales exigen leyes para su concreción y, está claro, los trámites parlamentarios no constituyen un paseo para este gobierno.

Lo de “buenos”, en cambio, es ostensiblemente discutible. El punto 8 del Pacto de Mayo, por ejemplo, plantea “una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación”.

¿Qué tiene de positivo la privatización parcial del sistema jubilatorio? Así como está planteado, las neo AFJP se quedarían con la crema de los aportantes y el sector público debería seguir pagando haberes previsionales. El resultado: un agujero fiscal de proporciones bíblicas, como le gusta decir al profeta libertario. El Estado pavote en su máxima expresión.

La bella frase sobre respetar a quienes aportaron esconde el sentido real del enfoque oficialista, consistente en no respetar a quienes padecieron la precarización, el negro o la lisa y llana desocupación. Las malvadas jubilaciones de las moratorias, que enfurecen a porciones significativas de la sociedad argentina en este tiempo atroz.

En ese punto, la mirada libertaria sobre el sistema previsional calza con la discusión que asoma sobre la Caja de Jubilaciones de la provincia. Si bien el gobierno de Maximiliano Pullaro garantiza que en su propuesta de reforma no hay lugar para privatizaciones, sí advierte sobre la inconveniencia de los aportes del Tesoro para financiar el déficit del organismo.

Jubilaciones subsidiadas, dice el discurso oficial, y es rigurosamente cierto. La pregunta que aún no se hizo, o se hizo tenuemente, es: ¿y por qué eso estaría mal? ¿Está mal que la sociedad santafesina en su conjunto haga un esfuerzo para que un policía no tenga que trabajar hasta los 65 años y el servicio de seguridad pública se deteriore? ¿Está mal que el Tesoro provincial asista a la Caja para evitar que una maestra de escuela primaria deba permanecer frente a clase hasta los 60 años con el daño que ello implica para la ansiada calidad educativa?

Desde ya que es a todas luces razonable discutir la magnitud del aporte estatal y la sustentabilidad del sistema. Pero el subsidio no es intrínsecamente malo, pese a lo que indica la opinión hegemónica de este momento nacional. Sirva de lección, ya que estamos, para docentes, policías y trabajadores públicos en general: en mayor o menor medida, planeros somos todos.

Por si faltaba algo a esta época de desquicio, la eliminación de una participante de GH, apodada Furia, desató una reacción virulenta de su fandom y algunos cerebros libertarios vieron allí una sintonía con el fenómeno Milei, al punto de evaluar su incorporación al potencial staff de candidatos para 2025. Hace juego también con la idea del gobierno Gran Hermano en materia de protesta social, que se evidenció con el tratamiento sancionatorio de la manifestación contra la Ley Bases.

En la película The Truman Show, una suerte de GH a niveles de paroxismo, el protagonista encarnado por Jim Carrey finalmente derrota al control y la manipulación a los que estuvo sometido toda su vida, al decidirse a salir de la burbuja que lo atrapaba. El tipo la vio. ¿La veremos?