Dejar amigos sin empleo: penoso cierre de una fábrica única en el país
Tras 56 años de proveer de asientos para bicicletas a todas las fábricas y bicicleteros del país, el dueño de El Miguelito, en Carrizales, tuvo que cerrar y ahora, a buscar trabajo. El drama que afecta a un pequeño pueblo al perder una fuente laboral, contado en primera persona.
Las medidas económicas del Gobierno nacional comenzaron a empujar a las pequeñas y medianas empresas al abismo y con la caída de las pymes se empieza a avizorar una tragedia social que el país ya vivió en el 2001.
“El lunes pasado tuve que decirle a 12 personas que las dejaba sin trabajo. Algunos de ellos me tuvieron en brazos cuando nací, me vieron aprender a caminar, porque viví toda la vida entre los fierros de la fábrica". Las tristes palabras son expresadas por Rogelio Bella, dueño de la empresa “El Miguelito”, de la localidad santafesina Carrizales, a 65 km al norte de Rosario.
“Desde el 2015, las pymes industriales venimos siendo vapuleadas de forma terrorífica. Nosotros terminamos el gobierno de Macri con una deuda de seis o siete millones, solamente con el objetivo de poder sostener la fuente de trabajo", indicó el titular de la única fábrica de asientos de bicicletas del país, en diálogo con Ariel Bulsicco, en Sí 98.9. “Nuestra empresa era para generar puestos de trabajo en nuestro pueblo, que tiene 1200 habitantes”, aseguró.
La apertura de la importación –en este caso, de bicipartes chinas, sobre todo– y el encarecimiento de los insumos a partir de la escalada del dólar desde diciembre hasta aquí, hizo que esta fábrica ya no pueda competir en el mercado. “Imposible igualar los precios chinos, pero ojo, que así también es la calidad de esa mercadería importada. Nosotros mientras tanto, vendimos asientos a todo el país, hasta Santa Cruz, y nos conocen todos”, remarcó.
“El Miguelito” fue fundada por el padre de Rogelio, en 1968, y desde entonces tuvo como objetivo dar trabajo a los habitantes de Carrizales, localidad también conocida por el nombre de su vieja estación ferroviaria, Clarke, junto a la ruta nacional 10.
Entre la plantilla de empleados se encuentran familiares del dueño y algunos empleados de más de 30 años de antigüedad. En tan sólo seis meses, el Gobierno nacional creo las condiciones que acabaron por fulminar esta pyme de 56 años de trayectoria.
"Esto es un túnel en el tiempo al 2001, terminamos otra vez matándonos en la plaza en cualquier momento”, lamentó Bella y reconoció, casi entre lágrimas: “Me quedo en la calle, tengo que salir a buscar un trabajo. ¿Quién me da un laburo con 45 años? Tengo dos pibas de 14 y 12 años, no las puedo mirar a los ojos para explicarle que no les voy a poder bancar el ritmo de vida. ¿Por qué? Si laburé toda mi vida".
En cuanto a la indemnización de los 12 trabajadores, el dueño de “El Miguelito” comentó: “Tengo que honrar la memoria de mi padre y pagarle a cada uno de mis empleados la indemnización. No sé si las máquinas, herramientas y vehículos de trabajo me van a alcanzar para pagar el dinero que debería pagar”.
Bella no ocultó su malestar para con la impronta que La Libertad Avanza le imprimió a la economía nacional, justo al día siguiente de que el Congreso sancione la Ley Bases y, con ella, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), considerado como una sentencia a buena parte del aparato productivo pyme.
“Qué puedo esperar de un presidente que dijo que ojalá se fundan todas las pymes para que prevalezcan solo las empresas fuertes”, se horrorizó el fabricante ahora en la ruina.
Por último, a modo de conclusión y autocrítica al sector, el empresario dijo: “La mayoría de las pymes argentinas no entienden que su cliente es su empleado, no (Alejandro) Bulgheroni o Paolo Rocca. “Sin mercado interno, sin un laburante que le sobre un mango en el bolsillo, no queda nada en este país".
La entrevista completa, aquí: