El último grito de la moda
Las vociferaciones de Milei, los conejos de la galera de Caputo. Menos retenciones a cambio de más dólares: degenerados fiscales. Pullaro, el campo y “los intereses de Santa Fe”. La tendencia vintage sobre libertades individuales, el decorado de la economía.
Mientras el presidente de la Nación se entretenía con su tradicional menú de insultos, amenazas y vómitos de resentimiento en el Libertarian World Tour 2025, el Toto de la Champions decidió hacerle un homenaje mudo a su predecesor Sergio Massa con un Dólar Soja reloaded para enfrentar las tensiones cambiarias.
Más allá del disfraz retórico del caso, la baja temporal de las retenciones al agro no es otra cosa que la admisión oficial de que no están las divisas para financiar el dólar barato que hace las delicias de los veraneantes argentinos en Brasil. Y que allí está la principal razón de la desaceleración inflacionaria, aunque el profeta Javier Milei le rece todas las noches a Milton Friedman.
Los famosos “mercados”, que viven celebrando el superávit fiscal y que festejaron en 2024 cuando el gobierno nacional logró consolidar el veto a las escuálidas mejoras económicas para jubilados y universidades, ahora no dijeron ni mu pese al evidente agujero fiscal que implica la reducción de los derechos de exportación. La razón es sencilla: la medida gubernamental apunta a juntar los billetines verdolagas que hoy no están. Libertarios pero no libertarados, diría el jefe de su odiado Estado argentino.
Hay, en definitiva, un enfoque político-económico que es evidente: hay que llegar a las elecciones de medio término con el dólar planchado porque eso garantiza victoria rotunda. Nada novedoso, al fin y al cabo. Para ello también el FMI debería aportar lo suyo, Donald Trump mediante. Está todo por verse. Y después de octubre, a agarrarse fuerte.
Con el anuncio oficial, los gobernadores de la Región Centro se anotaron un buen poroto, valga más que nunca la palabra. En los días previos se manifestaron al unísono contra las “malditas retenciones” y luego se adjudicaron la victoria. Eso les valió un chirlo tuitero de Caputo Toto y una trolleada feroz de Caputo Santi.
Maximiliano Pullaro aplaudió la medida porque supone que el gobierno nacional “escuchó al interior productivo”. En paralelo, la Federación Industrial de Santa Fe manifestó su preocupación por la eliminación de barreras antidumping resuelta por el meritócrata Federico Sturzenegger, cuya habilidad por empeorar su performance en cada paso por la función pública tiene escaso parangón.
Cabe entonces la pregunta: ¿Solamente “el campo” representa “los intereses de Santa Fe”? ¿Las fábricas y talleres con sus miles de obreros no? ¿Los casi 600 mil jubilados y pensionados nacionales que viven en la provincia tampoco? ¿Las decenas de miles de docentes, no docentes e investigadores y los centenares de miles de estudiantes que integran la frondosa comunidad universitaria santafesina no cuentan?
La tendencia para la temporada verano-otoño-invierno 2025 pinta ser una reversión circense de tradición, familia y propiedad. Y procacidad, como elemento novedoso de este último grito de la moda vintage.