Crónica de una cena: entrega de viandas a personas sin hogar
Hay un núcleo duro de personas que viven desde hace 3 o 4 años en las calles santafesinas. Se trata de entre 80 y 100 que viven en estas condiciones de forma permanente. Un acompañamiento a la ONG Solidarydar en el recorrido por llevar la cena a gente de la calle.
Pasadas las ocho de la noche ya había olor a salsa en La casa de Solidarydar. El menú: guiso de arroz con salchicha. La cocinera: Barby, una voluntaria de la ONG que funciona al sur la ciudad.
Se trata de un centro de reinserción social que brinda asistencia a personas en situación de calle. Desde alojamiento, acompañamiento en proyectos individuales y una vez por semana realizan recorridas nocturnas donde reparten viandas, ropa y abrigo.
"La casa" es una vivienda antigua como esos caserones chorizos. De techos altos y puertas grandes. Tras un ingreso pequeño y atravesar un patio con varias plantas se llega a la sala. Uno de los espacios de encuentro más transitado de la casa. Al fondo, la cocina y a la derecha la pieza.
La elaboración de las viandas está a cargo del voluntario de la semana. Los menús varían dependiendo del momento del año y la estación. Esa noche fue el turno del guiso y Barby, la cocinera. “Antes no sabia calcular las proporciones”, recuerda la joven y se ríe, mientras revuelve una olla de la que espera sacar 30 viandas para el recorrido.
En La casa viven cuatro personas actualmente y una vez finalizada la preparación de las viandas, los residentes proceden a preparar su cena. Alejando y David trabajan como cadetes, Diego hace changas de electricista y corta pasto en casas y Gustavo es trapìto. Se alojan en Solidarydar hace unos meses, aunque solo pueden permanecer por doce horas allí.
La preparación de la cena de los residentes se va turnando, hoy les toca también guiso, pero de fideos tirabuzón. La cocina de La casa es chica, con cerámicas beige y algunas con flores naranjas, que hacen juego con el bajo mesada (naranja también).
Uno de ellos se pone manos a la obra. Antes de cocinar sintoniza la radio y pregunta: “¿conocen este tema?”, nadie supo, pero era rock. Alejandro comienza a cortar la cebolla. Está fuerte.
—¿Por que llegaste a la calle?
—Me mande una cagada. Dice y queda en silencio con la mirada en la cebolla.
—¿Viviste mucho ahí?
—Estar, estuve dos meses nomas. Cuando podía me pagaba una pensión o algún lugar para quedarme.
Alejandro es un hombre adulto, grande. Actualmente trabaja de cadete y cuenta que su principal inconveniente es juntar para un alquiler. Sube el volumen de la radio, y pregunta: “¿Y está?”
—Es de Cranberries, le respondo.
Le gustó y tararea el tema mientras pregunta los procedimientos para la cocina a su compañero David.
Del otro lado de la casa, en la sala, las voluntarias arman y empaquetan las viandas para su recorrido nocturno. La ONG, funciona desde 2014 con voluntarios que quieran participar. Actualmente son dieciseis, y esa noche habia cuatro de ellos: María Emilia Racca de 28 años (está desde 2019), Silvina Esther Schneider, de 35 (también desde el 2019), Fátima Ballario, de 32 años (está desde hace 1 mes) y Bárbara Diamela Flores, de 27 años (desde hace un año).
Tras preparar unos termos de matecocido, se emprende el viaje dentro de la fría noche santafesina para repartir las viandas.
El auto es de una de las jovenes, cuenta que se van turnando entre quienes tienen movilidad para hacer los recorridos. Tienen una lista, puntos de la ciudad, esquinas donde suelen estar algunas de estas personas que vivien en la calle. María es la conductora de esta noche.
—Es dificil porque se van moviendo, no siempre se quedan en el mismo sitio. Pero algunos ya nos conocen saben qué días pasamos, la hora y nos esperan, explica y dice: “vayan mirando”.
Las voluntarias recuerdan las personalidades, los rostros: “Esta es re jodona, siempre hace chistes”, dice Barby. El auto para en una esquina de Av. Freyre para la primera entrega. “¿Queres algo caliente?”, le preguntan.
La calle santafesina acoge pequeñas historias, vidas anónimas y a la noche el tiempo pasa diferente. Para quienes viven en la calle la cena muchas veces no llega.
Para colaborar
La ONG Solidarydar se ecuentra en la búsqueda de voluntarios. Para colaborar.