Alfonsina Storni en su paso por Coronda
Una de las poetas más influyentes de la literatura argentina del siglo XX, vivió dos años en la pequeña ciudad ubicada a 47 kilómetros de La Capital. En su paso fugaz, tuvo sus roces con la pequeña burguesía local, estableció amistades entrañables y se recibió de maestra rural.
Lejos de la imagen sedimentada en el imaginario social argentino y reproducida hasta el hartazgo en los manuales de lectura de las escuelas primarias y secundarias, la Alfonsina poetisa, moderada, sumisa, se contrapone con la madre soltera, feminista, mujer del teatro y de las artes, vanguardista y contestataria que fue, una figura controversial para los mandatos de su época.
"Yo soy como la loba/ quebré con el rebaño/ y me fui a la montaña/ fatigada del llano. Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley, que no pude ser como las otras, casta de buey" escribió a sus 24 años, en el poema "La loba", que formó parte de su primer libro "La inquietud del rosal", publicado en 1916.
Alfonsina nació el 29 de mayo de 1982 en un pueblo de Suiza llamado Sala Capriasca y emigró a Argentina junto a sus padres cuando tenía cuatro años. Vivió gran parte de su infancia en San Juan y luego tuvo un paso fugaz por pueblos y ciudades del interior de la provincia: Bustinza, Coronda y Rosario, antes de mudarse definitivamente a Buenos Aires, donde aquejada por un cáncer, decidió terminar su vida.
Hija de padre obrero y madre costurera, Alfonsina se crio en una familia humilde. Era la tercera de cinco hermanos y trabajó desde los diez años. Fue escritora, dramaturga, docente y periodista.
También fue vicepresidenta del Comité Feminista de Santa Fe, integrante de la Asociación pro Derechos de la Mujer y contribuyó a la creación de la Sociedad Argentina de Escritores.
En 1901 su familia se mudó a Rosario. Su mamá instaló una escuela domiciliaria y un "Café Suizo". Pero el proyecto no funcionó, duró tan sólo tres meses. Alfonsina lavaba copas en un bar y trabajaba de mesera, luego ayudó a su mamá con la costura. Cuando tenía 14 años su papá falleció y ella decidió trabajar como obrera en una fábrica de gorras.
En 1907 arribó a Rosario una compañía de teatro itinerante. Alfonsina se convirtió en actriz, y recorrió Santa Fe, Córdoba , Mendoza, Santiago del Estero y Tucumán, representando "Espectros", de Ibsen, "La loca de la casa", de Pérez Galdós, y "Los muertos", de Florencio Sánchez.
A su regreso se enteró que su madre se había casado nuevamente y se había mudado a Bustinza, un pueblo ubicado a 65 km de Rosario. Prácticamente sola, la muchacha decidió irse a vivir a Coronda para estudiar la carrera de maestra rural.
Su paso por la pequeña ciudad fue fugaz, pero marcó a sus habitantes y las generaciones que le siguieron para siempre. Alfonsina arribó a Coronda en 1909 y vivió allí hasta 1912, cuando se graduó en la primera promoción de docentes de la Escuela Normal.
La poetisa eligió ese destino porque en ese momento, era la única escuela mixta de toda la provincia y la región en donde se podía estudiar Magisterio. Recibió una beca del gobierno provincial y como le era insuficiente para sostenerse económicamente, la directora de la institución, María Margarita Gervassoni, le adjudicó el puesto de celadora en la institución.
En el documental “Palabras degolladas, Alfonsina Storni en Coronda” de Belén Altamirano, la directora entrevistó a historiadores, investigadoras, y habitantes del lugar, para preguntarse sobre el impacto que dejó en la sociedad corondina el paso de Alfonsina.
La presencia de la joven en la ciudad, no tardó en causar revuelo. Una mujer que llega sola a estudiar a un pueblo, en una época donde no era común que las mujeres estudiaran y que además tenía como antecedente el teatro, hicieron que tuviera sus roces con los sectores más conservadores.
Desde su llegada hasta 1910, Alfonsina vivió en la pensión de Mercedes Gervasoni de Vergara, en una casa ubicada en Sarmiento y 9 de Julio. Durante su estadía en Coronda, entabló una entrañable amistad con Amelia Tuells,compañera de la carrera e hija de un reconocido comerciante local.
Alfonsina fue una alumna ejemplar y se destacaba por cantar en los actos escolares.
En el artículo "Los años corondinos de Alfonsina Storni" de Jorge Alberto Hernández publicado en Apertura (1965), el autor transcribe el fragmento de una carta que años más tarde Storni le dedicará a su amiga:
"El recuerdo de Coronda y los seres que allí amé, es para mi toda una avocación de juventud, de esperanzas y de horas en que creí en el porvenir. No da los tiempos, por lo general, calor suficiente al corazón para que este olvide. Al contrario, mientras más fácil parece todo, externamente, más quiere el alma acercarse a los viejos afectos. Pero he pasado horas muy duras, que ojalá no se repitan (...) Más de una vez he soñado con ella (con la escuela), con su edificio, para mí nuevo, cuando la idea de un viaje por el interior se mezclaba en mis proyectos".
Alfonsina se fue de Coronda cuando se graduó en 1912, rumbo a su último destino: Buenos Aires. Regresó dos veces antes de suicidarse, en 1930 y en 1934.
La demolición de su casa
La casona donde vivió Alfonsina presentaba un gran estado de abandono, que fue creciendo con el paso del tiempo y con la falta de mantenimiento. En 2004 fue demolida, pese al descontento y al dolor de los lugareños.
A partir de la destrucción del patrimonio histórico, comenzó un proceso de recuperación de la figura de Alfonsina, post mortem. Hubo grandes debates y homenajes en la comunidad y un intento por repensar su figura.
En su lugar, hay una placa que dice: "En esta casa vibró la juventud alegre de Alfonsina Storni. Queda entre estos viejos muros su recuerdo".