El primer acto del orgullo en la ciudad
Una larga historia de lucha, activismo, organización y debates, allanó el camino. En la previa de la Marcha del Orgullo LGBTIQ+, te contamos cómo fue la primera convocatoria en Santa Fe.
Un escenario precario de madera está montado en el medio de la Plaza del Soldado, ubicada entre San Jerónimo y Salta. Son alrededor de las 17:00 hs y hace frío. Es el miércoles 28 de junio de 2006 y en un rato comenzará el primer acto público de la comunidad LGBTIQ+ en la ciudad de Santa Fe.
Un pasacalles pintado con aerosol negro y con los colores de la bandera del orgullo, cruza el cielo gris de la plaza con la consigna “Primer acto público del orgullo Gay- Les- Bi- Trans. Por una sociedad que acepte a todes, para no tener que usar más caretas”.
El acto fue organizado por la Asociación Civil Vox Santa Fe, con la adhesión de la Asociación Mujeres y Travestis de Santa Fe (AMyT), sindicatos, organismos de Derechos Humanos, partidos políticos, organizaciones feministas, un sector del movimiento estudiantil y público en general.
De a poco, la plaza se fue llenando con gente de Paraná, el Gran Santa Fe y Rosario. Entre 200 y 300 personas se congregaron en el microcentro, bajo la mirada atónita de algunas señoras y la curiosidad de los medios de comunicación, que entrevistaron a las drag queens y transformistas rosarinas que pasaron ese día por el escenario.
“Queremos legitimar nuestro deseo, concerniente a cada subjetividad, a nuestra existencia. Queremos cambiar los códigos de normatividad que discriminan, que excluyen, que obligan a muchos a vivir en lo oculto, en la clandestinidad, en el anonimato, pagando precios muy caros, como la soledad, la enfermedad y hasta la muerte. Santa Fe no está exenta de asesinatos: muchos hacen oídos sordos a la causa transfóbica y homofóbica”, leyó esa tarde Luciano Villaverde, uno de los referentes de Vox Santa Fe.
“Quizás muchos se preguntan por qué salir a la plaza, por qué no quedarse en su casa, por qué un acto del orgullo. La respuesta es: ¿por qué no?, si hoy no tenemos los mismos derechos que todos y todas” agregó, mientras el público aplaudía.
Las consignas del documento fueron, principalmente, la aprobación del proyecto provincial de Ley de Unión Estable de Parejas, que había sido presentado en la Legislatura. Además, exigieron la derogación de los artículos del Código de Faltas Provincial, que perseguían y penaban "al travestismo, la prostitución escandalosa y la ofensa al pudor”. También reclamaron por la sanción de la Ley Nacional de Educación Sexual y la persecución penal de los actos homofóbicos.
La Asociación Civil Vox
Fue una de las primeras organizaciones no gubernamentales en tener personería jurídica, que trabajó por los derechos civiles y sociales de la comunidad LGBTIQ+ en la provincia.
Surgió en Rosario en 2001 y tuvo sus sedes en Santa Fe y en Rafaela. En nuestra ciudad funcionó desde 2005 hasta 2011 y hacían sus reuniones en un local ubicado en Urquiza 2192.
Allí se realizaban tests de VIH-Sida e ITS y se brindaba asistencia psicológica de manera gratuita.
En 2005, organizaron en Rosario la primera muestra de cine sobre diversidad que tuvo lugar en la provincia y una de las pioneras en el interior del país.
Desde 2007, en Santa Fe, se montaron las muestras Lesgaicinevox, que contaron con una grilla de programación propia, con contenidos audiovisuales locales y regionales LGBTIQ+ y muestras fotográficas. Las mismas continúan en la actualidad, con el nombre de “Incluxiva” y están organizadas por Cine LGBT Santa Fe, que lleva adelante el gestor cultural independiente Alfredo Pissotti.
En diálogo con Santa Fe Plus, Silvina Sierra, militante feminista lesbiana e integrante de Vox durante esos años, comentó: “es muy importante no olvidar la historia, porque si llegamos hasta acá es por el compromiso, el trabajo y el esfuerzo de muchas personas que militamos en momentos muy difíciles, donde la diversidad sexual no estaba en la agenda política ni pública.”
“Seguramente muchos activistas de la ciudad estuvieron en el closet durante mucho tiempo sin poder expresarse libremente como podemos hacerlo hoy, ejerciendo nuestra sexualidad, nuestra orientación sexual, nuestras identidades como debe ser, con derechos y con felicidad”, agregó.
“Dentro de Vox Santa Fe era la lesbiana reconocida públicamente, íbamos a los medios con Lucho Villaverde. Peleábamos por la visibilidad y sin embargo se nos complicaba cuando nos hacían notas, a veces venían fotógrafos o camarógrafos y el resto de los integrantes de Vox salían de espalda”, indicó Sierra.
“Participé de la organización de los dos actos del orgullo, en 2006 y 2007, en el segundo tomé la palabra. La convocatoria no era masiva como es en la actualidad, en ese momento no existía WhatsApp ni las redes sociales. Era de boca en boca, o con los medios de prensa que nos daban bolilla, porque no todos eran amigables”, explicó.
“La plaza era difícil de llenar, si bien no es tan grande, había mucha invisibilización y se nos complicaba que la gente se sume. Vino un colectivo de Paraná, gente de Santo Tomé y un colectivo de Vox Rosario, así pudimos ocupar un poco el espacio. Recuerdo que teníamos muchas expectativas y también un poco de miedo, pero a la vez una gran felicidad porque necesitábamos mostrarnos y exponer las demandas que teníamos en ese momento" planteó.
“Los organismos de DD.HH adhirieron a la convocatoria y estuvieron ese día. Nunca me voy a olvidar de Queca Kofman, con su pañuelito blanco en la cabeza y otra de las madres, sentadas en un banco de la plaza, dándonos un abrazo y aplaudiéndonos, acompañando nuestros reclamos”, relata Silvina.
“Hicimos revuelo y tuvimos un gran impacto mediático. Entendimos que había mucha gente que hubiese querido ir y que no fue, que no pudo. Luchábamos contra la invisibilización de nuestras identidades, de nuestras expresiones, de nuestra orientación sexual. Sabíamos que íbamos a tener rechazo de parte de una sociedad pacata, que en ese momento no había dado ciertas discusiones. Cuando el debate de la Ley de Matrimonio Igualitario ingresó a la esfera pública, la gente entendió que nuestras familias también merecían tener derechos", recordó.
“Ese día llevamos máscaras porque sabíamos que había personas que no se podían mostrar, por miedo a ser rechazadas por sus familias o porque podían tener problemas en su trabajo, pero casi nadie las usó. Me alegro muchísimo que hoy en día las marchas del orgullo en la ciudad sean multitudinarias, que tengan una gran convocatoria y una mayor aceptación por parte de la sociedad, que sean con alegría, con fervor", agregó.
Luciano Villaverde también recordó esos años de militancia. "Había sufrido un acto de discriminación junto a mi pareja de ese momento, que tomó estado público. Luego me contacté con los compañeros de Vox Rosario. Con Pepe y una pareja de chicos que estaban peleando para que el cónyuge sea reconocido por la obra social, fundamos el Grupo de Vox Santa Fe en 2005", expresó.
"Articulábamos acciones con (AMyT), la Asociación de Mujeres y Travestis. María José Campos fue una de las referentas de la organización, también se encontraba Marina Quinteros, que estaba en (ATTA)", relató.
"Luego se sumó Silvina Sierra y se fueron sumando otros compañeros. Con Silvina éramos la cara visible en la ciudad de Santa Fe, con mucho pudor. Luchábamos por la derogación de los códigos contravencionales o los códigos de falta, la Ley de Unión Estables de Pareja a nivel provincial y en contra de la discriminación por orientación sexual, que sucedía de manera cotidiana. Ni hablar por identidad de género y los crímenes de odio, que en ese momento no eran visibilizados como tal", explicó Villaverde.
"Este primer acto marcó un antes y un después en la historia LGBTIQ+ local, fue inédito. Por primera vez, el colectivo de gays, lesbianas, travestis, bisexuales, se manifestaba públicamente, ponía la cara para denunciar la discriminación, el homoodio, la lesbofobia, los travesticidios", manifestó.
"Por primera vez nos dimos cuenta que no estábamos solos, que la lucha por la ampliación de los derechos no se trataba de un grupo minoritario, sino que tenía que ver con una comunidad, con una red de activistas, militantes de distintos partidos políticos, de organismos de Derechos Humanos y organizaciones feministas que sentían la lucha como propia. Se trataba de ampliar el ejercicio democrático, de ampliar el ejercicio de ciudadanía", planteó.
"Fue un acto festivo pero de reivindicación política sobre todo. Siempre está bueno hacer memoria, recordar ese primer acto invita a repensar nuestro presente. Próximamente tendremos la Marcha del Orgullo en la ciudad y esto es un capital simbólico, político y social de todes", concluyó Villaverde.