Los industriales santafesinos del biocombustible viajaron ayer de urgencia al Congreso nacional para intentar detener el “avance petrolero” que observan en las modificaciones propuestas por la Ley Ómnibus a la norma que regula el sector. Se volvieron aún más preocupados.

Es que de acuerdo a lo publicado por la Cámara de Productores de Biodiesel, entidad que representa a las 19 firmas santafesinas, el apartado dedicado a los biocombustibles promueve la desregulación del llamado “régimen del mercado interno de los biocombustibles” y favorece la “cartelización” del sector petrolero

Por eso aclararon que dicho régimen “se creó con el objetivo y espíritu de promover y desarrollar las economías regionales”. "Las pymes de biodiesel nacieron por y para el régimen", alertaron.

Sobre el proyecto, puntualizaron: "La redacción original del proyecto desregulaba la actividad, mientras que el borrador de la modificación pasa a regularla pero exclusivamente a favor y beneficio de las empresas aceiteras (empresas integradas) y petroleras, fomentando así la cartelización”.

Y apuntaron: “Le deja servido en bandeja el negocio a 6 compañías multinacionales que poseen más del 85% del mercado del biodiesel y más del 80% del mercado del aceite que compran las pymes y regionales (no integradas), lo que significa, además de obsceno y escandaloso, la legitimación de la cartelización”.

También denunciaron que, de aprobarse la Ley Ómnibus, las autoridades de aplicación tendrán “discrecionalidad absoluta” para fijar los cortes al gasoil, hoy en 7,5 por ciento.

Por todo ello, concluyeron que el proyecto ómnibus “no desregula sino que genera la desprotección absoluta del sector”.

“El proyecto solo favorece a los intereses de la industria petrolera y de las aceiteras elaboradoras de biodiesel (compañías integradas), destruyendo el aparato pyme y sin ningún beneficio para el consumidor ni el medioambiente”, postularon.

Con las Pymes adentro

Desde la Cámara de Productores de Biodiesel no dudaron en postular a las pymes como las principales perdedoras con las modificaciones propuestas por la Ley Ómnibus.

Señalaron para ello la competencia desleal que podría sufrir tanto por parte de las compañías petroleras como por partes de las aceiteras elaboradoras de biodiesel integradas.

Según explicaron, estas últimas podrán especular y “dejar afuera del mercado a las empresas pymes y regionales de biodiesel (no integradas) mediante el ajuste del precio de venta del aceite y/o la no oferta del volumen necesario de dicho aceite”.

En tal sentido, señalaron que las pymes e industrias regionales de biodiesel (no integradas) “son transformadoras de materia prima de origen vegetal (aceite de soja) en combustibles” por lo que “más del 85% del costo de producción es aceite y metanol (comercializado de manera monopólica por YPF)”.

Señalaron además que “matar a la pymes y regionales de biodiesel (no integradas) para que entren los grandes jugadores (dueños de la materia prima) no resuelve ninguna emergencia económica ni beneficia al consumidor”,

Por el contrario, añadieron, “solo destruye el aparato productivo por simples intereses sectoriales que solo buscan apropiarse indebidamente de una renta sin considerar las consecuencias negativas de dicha apropiación”.

“La discusión tiene que ser como potenciar la industria de los biocombustibles utilizando el máximo posible de su capacidad instalada. En el caso del biodiesel, podría ser mediante el aumento el corte automotor, incorporando su utilización en el transporte público (experiencia Bio Bus en Rosario), en el sector agrícola, en el transporte de cargas, la generación energía eléctrica, etc.", concluyeron.