Máximo Thomsen sabe que si su situación judicial no cambia pronto, saldrá de la cárcel dentro de muchísimos años. Le quedan pocas chances de revertir su condena a perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa y es por eso que decidió hablar después de cuatro años de silencio. Lo hizo en una entrevista con el periodista Rolando Barbano para Telenoche en la que aseguró: “No me siento un asesino”.

El joven no esquivo preguntas y contestó todo: desde cómo contó cómo era su vida en Zárate antes del crimen, peleas en las que participaba cuando salía a bailar con amigos y hasta cómo se organizó el viaje a Villa Gesell.

“Quiero que si somos culpables de algo, que nos culpen por lo que pasó, no por algo que dicen que pasó. Yo estuve ahí, sí participé, le pegué, pero nunca quise que terminara así”, aseguró.

Por qué lo golpearon

Sostuvo que la pelea en el boliche Le Brique empezó porque Báez Sosa le pegó una piña a Matías Benicelli y que luego, ya en la vereda, la víctima les hizo una burla que desencadenó la violencia.

X de ¿Por qué es tendencia?

Aunque admitió que participó de la golpiza, aseguró que varios de sus amigos tuvieron esa madrugada un rol fundamental y selañó a alguno de ellos. “La primera piña a Fernando Báez Sosa se la pegó Enzo Comelli. Le pegó y yo fui atrás a meterme en el grupo de personas. Empecé a tirar patadas al aire y después me enteré que yo sí le había pegado a Fernando. Es algo que pasó y yo no me voy a esconder. Desde el primer día quise contar todo, pero a mí no me dieron nunca una oportunidad”, declaró.

Entre lágrimas, se defendió y dijo que no se siente “un asesino”. “Lo único que quisiera es volver el tiempo atrás para que nadie tenga que perder una vida”, afirmó.