"Busatto incorporó una agenda de vanguardia que queremos continuar"
Son precandidatas a diputadas provinciales por la lista que encabeza Norma López y que tiene a Leandro Busatto como aspirante a Casa Gris. Distanciadas del perottismo, le reconocen algunos logros como los caminos de la ruralidad y el LIF. Le cuestionan en cambio sus "avances" contra los trabajadores públicos. Ramos sostuvo que, en la interna nacional, apoya a Grabois.
“Trabajamos para ampliar derechos y por un recambio generacional que nos permita ser disruptivos.” Bajo tal premisa, las precandidatas a diputadas provinciales María Bonan y Eliana Ramos describen el perfil legislativo que desean imprimir en la Legislatura provincial como reemplazantes de su jefe político, el precandidato a gobernador Leandro Busatto.
Ellas aparecen tercera y quinta, respectivamente, en la lista a diputados santafesinos que encabeza la concejala rosarina Norma López.
A Busatto le dicen ‘Kiko’ y sobre él resumen: “Siempre fue vanguardista en la Cámara de Diputados”.
También ponderan que tenga un plan de gobierno “que traza una línea concreta para pensar otra provincia y bajo un buen diagnóstico de dónde estamos parados”.
“En las grandes ciudades lo que más preocupa es el no poder llenar la heladera y la inseguridad, mientras que en el interior las mayores complicaciones refieren a la falta de oportunidades”, observan sobre la realidad de una provincia que desde hace meses recorren en campaña.
Cuestionan en cambio el papel de Omar Perotti para con la clase trabajadora: “Veo una falta con el principio básico del peronismo de reivindicar a los sectores populares y de trabajar en pos de los que menos tienen”, señala Ramos.
“No ví en el perottismo un plan que piense en una Santa Fe de múltiples realidades para abordar el tema de las migraciones internas y cómo distribuir la pujanza de la Santa Fe pampeana”, acota Bonan.
—¿Bajo qué expectativas transitan la campaña?
—MB: Mi expectativa es la de acompañar a Leandro (Busatto) como precandidato a gobernador. Formo parte de su equipo de trabajo desde hace 13 años y es el momento de protagonizar, después de mucha preparación. Él es diputado desde hace un tiempo y yo fui su asesora. Ahora trabajo en el Ministerio de Defensa de la Nación y me pareció una oportunidad de animarse a la exposición pública. Me gusta estar entre bambalinas, pero quiero acompañar a Busatto porque creo en él y en el trabajo que realizamos junto a un montón de compañeras y compañeros.
Siempre trabajamos para ampliar derechos y por un recambio generacional que nos permita ser disruptivos. Con Leandro siempre lo fuimos. Presentamos la primera ley de cupo laboral trans, militamos en contra del glifosato, hicimos la ley de protección a testigos, impulsamos la empresa de cannabis medicinal… siempre fue vanguardista en la Cámara de Diputados.
Por eso me parece súper importante mantener una voz que lleve las demandas de toda la provincia, porque es importante mantener cierto nivel en la Legislatura. Tengo la expectativa de que nos vaya bien.
Quiero una continuidad de lo disruptivo, porque Santa Fe es sumamente tradicional en un montón de cosas, más que nada por falta de valentía. Nosotros hablamos durante mucho tiempo del cannabis medicinal y hoy el LIF es vanguardia.
—ER: Mi acercamiento es totalmente distino porque vengo de otro espacio. Sin embargo, entiendo que es un momento histórico donde la política está bastante acorralada. No hay más margen de error porque la sociedad está muy desgastada y ya es muy grande el divorcio. Lo asocio a la gente o espacios que se acostumbraron a “trabajar” de políticos y ven esta profesión como un trabajo en vez de prepararse y formarse como cuadros políticos. Ser capaces de escuchar a la gente y de retomar sus reclamos genuinos es una forma de recuperar la calidad democrática en esta sociedad cada vez más compleja.
También hay un montón de nuevas problemáticas que dejaron discursos obsoletos. Pasa con la generación de empleo genuino y cómo garantizarlo en la provincia de Santa Fe. Interpreto que puedo hacer un gran aporte en ese sentido, y me comprometo con eso. Lo veo posible porque Busatto está trazando una línea para pensar otra provincia, siempre desde un buen diagnóstico de dónde estamos parados.
Y a la vez no escucho otros políticos que interpreten la realidad en la que estamos viviendo. Pienso en lo nocivo que resultan algunas consultoras o empresas de marketing que les hacen decir y hacer cualquier cosa. Parece que hay dirigentes viviendo una fiesta mientras si vive bajo situación de pobreza.
—¿Cuáles son los principales temas que preocupan a la provincia?
—MB: Hay varios ejes. Primero ver qué es lo que le está preocupando a la gente de las grandes ciudades como Santa Fe y Rosario. Despues, qué es lo que le está preocupando a la política, donde vemos una desconexión que tratamos de saldar. Y finalmente pensar acerca de qué provincia estamos hablando, porque hay un montón de regiones muy disímilies y que no tienen nada que ver las unas con las otras.
En las grandes ciudades lo que más preocupa es el no poder llenar la heladera y la inseguridad. Y el resto de la provincia suele tener otras problemáticas. Quizás la inseguridad no es el tema principal, sino la falta de oportunidades para los jóvenes y para los mayores que se ven sometidos al trabajo informal y mal pago.
En lo que respecta puntualmente a la seguridad, Busatto tiene varias formas de abordarlo. Una en particular es la creación de un Ministerio de Deporte que aproveche parte del ingreso de las exportaciones cerealeras. Hacer inclusión a través del deporte.
Otro tema que me parece urgente es la modificación de la legislación de la policía. Hablo de legislaciones vinculadas a épocas muy oscuras de nuestro país. Tanto la Ley del Servicio Penitenciario como la ley de la policía santafesina. Por eso queremos dejar de lado los slogans y meter las patas en el barro.
—ER: Asistimos además a un fenómeno que no es exclusvio de la provincia de Santa Fe, relacionado a la conformación de grandes centros económicos que en nuestro caso se asientan en el centro-sur de la provincia. Por eso hay asimetrías económicas que se reflejan en la escala tributaria. En Santa Fe no hay una escala diferencial para cada sector productivo. Los ingresos siempre quedan rezagados en el centro-norte de la provincia, en detrimento fundamentalmente de Rosario.
También me parece importante visibilizar la inseguridad de Rosario, que se presenta como un caballito de batalla de la mayoría de las campañas electorales. Pero es una una problemática que viene mostrando justamente la desidia de la política. Pero nosotros lo tenemos claro: no lo va a resolver Leandro Busatto solo sino que depende de un acuerdo político que trascienda lo estrictamente partidario.
Sin embargo, esta problemática urgente y necesaria no puede tapar o restarle importancia a que en Las Toscas no tengan ambulancia. Porque sino nos quedamos con la mitad de la película. Y creo que la política mueve los recursos necesarios como para que nos de vergüenza que aún haya estudiantes que realizan cientos de kilómetros para estudiar o gente que no puede llegar al médico y se muere en el camino.
Por eso algo que le destaco a Leandro es que en cada lugar donde nos bajamos hay muchísima gente que lo conoce, y viceversa. Es capaz de retomar charlas que dan cuenta de que no cayó en campaña como un trasnochado. Es una persona que recorre y conoce la realidad de la provincia.
—¿Qué mirada tienen sobre las políticas de la llamada “agenda ambiental”?
—ER: Hoy ninguna propuesta política puede dejar de lado la problemática ambiental porque sería como un suicidio colectivo. Hay que pensar el esquema productivo de la provincia que hoy monopoliza un modelo sojero que no solamente produce concentración de grandes capitales sino que afecta el entorno.
Leandro Busatto está planteando cuestiones concretas como la de volver a la chaca mixta, una propuesta clave y fundamental para los desarrollos regionales. También para combatir la concentración que genera este modelo económico que dio mucho frutos pero que en algún momento hay que limitarlo o empezar a controlarlo.
La política no puede seguir perdiendo el control de un montón de cuestiones. La productiva por una parte y por otra también la seguridad. Por eso el Ministerio de Deportes es una forma de abordar una problemática desde diferentes aristas. No se soluciona con más policías en la calle.
—¿Qué opinan del cuerpo policial y su rol en esta temática?
—ER: Es cierto que hay que recuperar el control político de la policía. Hoy parece un ente autártico que hace lo que quiere y lo que puede. Pero no hay que echarle la culpa al policía que a duras penas llega a fin de mes y entra a la policía no por vocación, sino porque está buscando una salida laboral. Es una salida concreta a la falta de acceso a las universidades o a un estudio terciario.
Y también es preciso cortar con una matriz cultural. Porque si yo entro a la policía y veo que mi jefe “maneja” de determinada forma la cuestión de la seguridad en su espacio de trabajo, lo más seguro es que termine repitiendo su esquema.
—¿La gestión de Perotti logró mitigar esas diferencias entre las ciudades y el interior? Estoy pensando en su énfasis en el concepto de “arraigo”
—ER: Hay algunas cuestiones que se pueden destacar, estoy pensando puntualmente en los llamados “caminos de la ruralidad”. Fue una una política interesante. También creo que los oficialismos tuvieron el peor contexto para gobernar, en todas sus escalas. Atravesaron crisis económicas y la pandemia.
Quitando eso, yo no ví un plan para la provincia por parte del gobierno de Omar Perotti. Bajo ninguna circunstancia. Y si pienso en los resultados, veo una falta con el principio básico del peronismo de reivindicar a los sectores populares y trabajar en pos de los que menos tienen. No se evidenció. Hubo situaciones de emergencia gravísimas y aún las hay. Ya no se sabe dónde golpear puertas. Vemos una sociedad altamente empobrecida y la gente no come cemento. Las obras no alimentan a la gente que está en situación de calle.
También y al menos en la ciudad de Santa Fe que es donde vivo, veo una cuestión concreta relacionada al precio de los alquileres. Yo alquilo en el mercado formal y me subió un 110 por ciento. Pero hay muchísima gente, sobre todo del cordón noroeste, que alquila de forma informal y deben conformarse con casitas precarias a 20 o 30 mil pesos. Por eso vemos un aumento de los ranchos. Barriadas enteras que están viviendo en condiciones de pobreza extrema porque no pueden hacer frente a esos alquileres.
Todo esto conlleva que muchos de nuestros pibes no puedan escolarizarse ni tengan acceso a la salud. Cuestiones sobre las que no he visto signo alguno de reacción política.
—MB: Agrego el tema de las migraciones internas. Muchos de los cordones se forman con personas que provienen del norte provincial. Es la consecuencia de que mucha gente termine viniendo a las ciudades para estudiar o trabajar. Y no ví en el perottismo un plan que piense en una Santa Fe de múltiples realidades. No ví que aborden el tema de las migraciones internas ni que piensen en la Santa Fe pampeana y en cómo redistribuir su pujanza.
—ER: Para cerrar y sobre el aspecto que más conozco, porque soy docente, creo que en materia de inversión pública se hicieron algunos cambios bajo un paradigma con el que estoy de acuerdo, que es sostener a los chicos dentro de la escuela, pero que se hizo a un costo altísimo.
Además hubo un montón de cuestiones vinculadas con lo estrictamente educativo que no estuvieron programadas desde el Estado nacional ni se escuchó la voz de los docentes. Por ejemplo la propuesta de que los chicos no repitan más.
Pero tampoco se los escuchó a ellos para tomar un montón de decisiones que no estuvieron articuladas desde el Ministerio y que tuvieron que resolver las direcciones de cada una de las escuelas como mejor les pareció. No hay un criterio unificado ni siquiera en la ciudad de Santa Fe para ver qué trayectoria decide cada escuela.
Y después hubo gestos políticos que tienen que avergonzar a cualquier peronista, como fue el descontarle los días de trabajo a los docentes. Es un dinero que se nos devolvió, no digo que no. Pero fueron 15 días en los que no sabíamos si íbamos a contar con esa plata. Fue un descuento por una medida de protesta, por un paro, y por eso me parece vergonzoso para cualquiera que se diga peronista el apoyar a un gobierno que le descuenta el sueldo a los docentes.
—MB: Aparte el derecho a huelga es constitucional. Entonces no solamente es vergonzoso sino que podría entenderse como una acción ilegal. Desde lo simbólico pretendió aleccionar a las personas que luchan por sus derechos.
—ER: En esa línea también se puede mencionar la precarización de los trabajadores de la cultura…
—MB: Sí, y después quisiera reivindicar el trabajo realizado en el LIF y con el misoprostol para garantizar los derechos de las mujeres. La accesibilidad a la interrupción legal del embarazo es sumamente de vanguardia. Lo mismo puede decirse del cannabis medicinal. Pero no tuvo buenos gestos para con los trabajadores públicos.
—¿Cómo ven el armado de “unidad” que cerró Unión por la Patria y cómo puede repercutir en la elección provincial?
—MB: Creo que la pregunta está mal planteada. Es súper importante señalar que no hay lista de unidad. Hay que marcar y remarcar que hay un interna en Unión por la Patria. Y es una interna que puede llegar a ser sana porque hay un montón de votos que son kirchnerismo “paladar negro” o de sectores izquierda-progresistas que quizás ven en Grabois una alternativa. Me parece sumamente importante, porque sino estamos invisibilizando a una parte importante del movimiento.
Me parece valioso el respetar las voces de todas las personas que se manejan hacia dentro de un marco de discusión democrática. Por eso es importantísimo decir que hay una interna que cataliza posiciones diferentes y que después seguramente van a confluir en unas elecciones nacionales. Pero mientras tanto está bien marcar esa diferencia.
Después sí, se pudo lograr la unidad en Diputados y demás, pero Grabois está manifestando algo y cumpliendo con su palabra.
¿Cómo va a repercutir en la provincia? No lo tengo claro. Incluso creo que no va a repercutir. Acá la campaña ya está corriendo y va por otro lado. Y está bien que así sea porque cada territorio tiene su idiosincracia.
—ER: La interna representa además el amplio espectro peronista. Por eso me parece muy saludable. Creo que hay una coyuntura electoral donde lo que se presenta enfrente hace que opciones por las que nunca hubiésemos optado (como Massa en mi caso), sea visto como un mal menor frente a lo que pueda venir.
También es importante no perder la brújula en relación a cuánto de la política de Buenos Aires pretende trascender en los diferentes armados territoriales. Justamente la propuesta de Busatto tiene que ver con pensar la política desde y para la provincia de Santa Fe. Somos muy coherentes en ese sentido.
Tenemos un plan con siete ejes que se puede ver, conocer y discutir por las diferentes plataformas. Un programa que tiene que ver con la provincia de Santa Fe, con las problemáticas que atravesamos acá y con formar cuadros políticos que estén pensando en nuestro territorio. Hay una coyuntura electoral en donde la situación va a ser complicada. Gane quien gane se vienen tiempos muy difíciles.
—MB: Busatto propone generar cuadros políticos comprometidos y técnicos que puedan pensar en otra Santa Fe. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con el cambio de matriz productiva y su intersección con el medioambiente.
El otro día se acercó un chico con ganas de colaborar. Tenía la propuesta de armar un biodigestor capaz de producir bionergía a partir de residuos húmedos. Hay un montón de cabezas con ganas de pensar todo esto que se viene. Y me parece súper importante sumar voces capaces de pensar en la provincia del futuro.
Somos un grupo que está pensando en en Santa Fe desde otra mirada. Es nuestro mejor slogan.