"Nuestra fórmula expresa a la clase trabajadora de Santa Fe"
La precandidata a gobernadora por el Frente de Izquierda espera que las elecciones venideras "sean una instancia de militancia política y de ruptura con los partidos del régimen". "Perotti, Jatón y toda la provincia de Santa Fe reprodujeron el programa del macrismo y del FMI", señala.
Carla Deiana encabeza una de las dos precandidaturas del Frente de Izquierda a la Gobernación.
No obstante, señala que las Paso son una instancia a “aprovechar” para avanzar en algunas discusiones y afirmarse frente al “verdadero problema" de la provincia: “Tanto (Omar) Perotti como (Pablo) Javkin y (Emilio) Jatón reproducen el programa del macrismo y de Patricia Bullrich”.
“Buscamos que las elecciones sean una instancia de militancia política y de ruptura con los partidos del régimen”, señala por eso sobre los comicios del 16 de julio. “Nuestra fórmula expresa a la clase trabajadora de Santa Fe”, agrega sin dudar.
Sobre la provincia que pretende gobernar, destaca la “gran riqueza que está siendo concentrada por un puñado de cerealeras, la mayoría de bandera extranjera, y entonces nos encontramos ante una santa Fe profundamente polarizada socialmente, con una minoría súper rica y una mayoría pauperizada”.
Para ponerle fin a tal situación agrega la necesidad de “combatir la desestructuración del movimiento obrero sufrida bajo el peronismo y que tiene al monotributo como el fraude laboral más extendido”.
“Creemos que hay que pelear por trabajo en blanco y bajo convenio”, explica ante la consulta sobre su postura sobre la economía popular.
También celebra el Voto Joven, del que dice: “El primer voto tiene que ser por izquierda, rebelde, y no perdido en opciones políticas fracasadas o en liberales que pertenecen a la recontracasta”.
—¿Por qué tenés interés en presentarte para la gobernación y cómo vienen transitando la campaña?
—Es una lista que se fue conformando en los últimos años de lucha, con mucho protagonismo de los desocupados que vienen peleando por trabajo genuino y por la urbanización de los barrios. También del movimiento de las mujeres y diversidades.
Es decir, es una lista que le da protagonismo a quienes estamos confrontando con esta política de ajuste, tanto del gobierno de (Omar) Perotti y (Emilio) Jatón como de (Pablo) Javkin en Rosario y del Frente de Todos a nivel nacional. No solamente incumplieron sus promesas de campaña sino que aplicaron un ajuste recargado. Se continuó con la política del macrismo en materia de sostenimiento de la deuda externa y la política de entrega de los recursos soberanos. Tenemos una deuda externa impagable y fraudulenta.
Por eso la fórmula viene a fisonomizar un programa de salida a la crisis desde el campo de los trabajadores de la izquierda, que parte de la ruptura con el FMI para recuperar ese ahorro nacional para la obra pública y la creación masiva de empleo. Es una gran demanda de la juventud que está fuertemente precarizada. También una política de aumento de salarios y jubilaciones.
Y entendemos que el aporte de nuestra lista, que es la lista Unir que competirá en las Paso, viene no solamente a plantear estas banderas históricas de la izquierda, sino también a ponerles el cuerpo. Venimos construyendo un movimiento popular diferente y superador del peronismo que nos permita imponer estas medidas de transformación social, que son muy profundas.
Mi candidatura fue decidida por un plenario de compañeros y de compañeras de toda la provincia de Santa Fe. Es una apuntalamiento de voces como la de la docencia y tantas otras luchas que fuimos dando contra las quemas del humedales y demás.
—¿Cuál considerás que son los ejes más importantes sobre los que se debe trabajar en la provincia y cómo se proponen abordarlo?
—El gran flagelo hoy es la inseguridad y el narcotráfico. Está claro en las calles y es lo que recogemos en los barrios. Estuve en una recorrida por Rosario, en el barrio Parque Casas que es muy populoso y de la periferia, donde fuimos a inaugurar una plaza que habían arreglado los compañeros del Polo Obrero. Era un basural pero la limpiaron y le pusieron juegos. Estaban muy contentos porque es un espacio que ahora esta al servicio de los vecinos, pero en un momento de la tarde empezaron a pasar motos alrededor de la plaza y los vecinos nos pidieron que levantemos la actividad porque se trataban de chicos atrapados en una red narco.
Y es un problema porque hay toda una juventud que está siendo masacrada. Ese pibe que hoy estaba en una moto, tal vez vendiendo drogas con un arma, es victimaria pero antes fue víctima de la falta de trabajo y del abandono de las escuelas que están cerradas por las balaceras.
Entonces hay que proponer respuestas de fondo. Vemos que Perotti, Javkin y toda la provincia de Santa Fe reproducen el programa del macrismo y de Patricia Bullrich, que es más militarización, saturación policial y la idea de que un reforzamiento represivo solucionaría el problema del narcotráfico. Pero la realidad los ha refutado. La policía y las fuerzas de seguridad son protagonistas en la organización del delito.
Toda está connivencia tiene que ver obviamente con las cajas negras de la corrupción pero también con que hay todo un entramado capitalista detrás del narcotráfico, del lavado de activos en los bancos, de la especulación inmobiliaria, de la exportación de cocaína a Europa y Brasil…
Es un gran tema que nadie quiere tocar. No lo tocó el peronismo pero tampoco el partido socialista o progresismo, y desde Menem en adelante se sostiene la idea de que con más fuerzas de seguridad se soluciona el problema. Mientras tanto se preservan los intereses económicos profundos que llevan a que un pibe tenga un arma y esté formando parte de una banda criminal.
Entonces hay que tomar medidas sociales, de trabajo y de sacar a las familias de la pobreza. También urbanizar los barrios, que es una manera de evitar el copamiento de los bunkers. Pero nada sirve sin tomar medidas anticapitalistas y creo que somos el único frente que plantea con seriedad el estatizar los puertos de Santa Fe: ponerlos bajo control de los trabajadores y terminar con este colador para el gran delito que son los puertos privatizados.
—¿Por qué puntualmente el puerto?
—Porque existe una especie de régimen narco-sojero y los gobiernos no quieren tocar esos intereses. Nosotros en cambio queremos romper con esos vínculos económicos que tienen protección de los políticos tradicionales y de los partidos que nosotros llamamos “patronales”, porque en lugar de defender al pibe preservan los intereses oscuros que están en las Bolsas de Comercio y forman parte del sistema financiero.
Por eso esta campaña en Santa Fe es de fuerte denuncia contra esta política de complicidad que se está cobrando la vida de la juventud y que nos llevó en Rosario a cuadriplicar la tasa de homicidios del país.
—¿Se replica este problema en otros puntos de la provincia que no sean las ciudades de Santa Fe y Rosario?
—Creo que acá en la ciudad de Santa Fe es un problema igual de grave. Nosotros tenemos militancia en los barrios de la ciudad, y por ejemplo a Loyola Norte le dicen “zona roja”. Yo creo que es un insulto, porque la población que vive ahí es trabajadora y fuertemente precarizada. Por eso calificarla como zona roja es en primer lugar estigmatizarla y tampoco resuelve nada. Pero vemos que es un problema que se extiende por toda la provincia, en realidad por toda la línea de los puertos.
Se privatizó el río Paraná y es una práctica que se dio a lo largo de todos los puertos que llegan hasta la provincia de Buenos Aires, que conectan con Salta y Jujuy, y con Entre Ríos.
Por eso es importante remarcar que las fuerzas de seguridad y Gendarmería permiten ingresar cocaína y marihuana por la frontera argentina. Evidentemente son quienes hacen la vista gorda sobre problema del narcotráfico.
Es una problemática presente en toda la Argentina. En Rosario se da la expresión agravada de una realidad que se extiende por todo el país.
—Charlando con otros concejales y funcionarios locales, señalaron que en Santa Fe aún no ven la presencia de crimen organizado como en Rosario...
—Hace poco tiempo se conoció una red de fiscales que utilizaba su poderío para blanquear un circuito de financieras que lavaban dinero del narcotráfico. Eso sucedió acá en la capital de la provincia. Por eso decir que en Rosario hay un problema y que en el centro del poder político y administrativo de la provincia no pasa nada, es obviamente una forma de disociar una realidad que compromete a todo el territorio provincial y le sirve a Perotti, a los concejales de Santa Fe, etcétera.
Lo vemos en el Senado con la situación de (Armando) Traferri. Un caso muy emblemático porque es senador de San Lorenzo y está probado que fue un gran protector del narcotráfico y del juego clandestino. Y sin embargo hubo un acuerdo entre el PJ, el radicalismo y demás partidos tradicionales para garantizarle impunidad y evitar que vaya a juicio.
Hablamos de una San Lorenzo que está estallada por la cuestión narco y que tuvo la desaparición de una mujer como Paula Perassi y con una seccional policial que está atada a la protección del narcotráfico.
Entonces me parece que de alguna manera le sirvió a este gobierno y a los anteriores el tener esta suerte de dos capitales en la provincia, una capital más financiera y otra política. Se pasan la pelota para no dar cuenta de un problema que recorre a toda la población y a toda la ciudadanía santafesina.
—¿Y en cuanto a potenciales que observes para el crecimiento de la provincia?
—Santa Fe es una de las provincias más ricas del país. Tenemos exportación de soja, una cuenca lechera, se produce carne, además de toda la conexión fluvial que nos conecta con el océano Atlántico…
Sin embargo toda esta riqueza está siendo concentrada por un puñado de cerealeras, la mayoría de bandera extranjera, y entonces vemos una santa Fe profundamente polarizada socialmente, con una minoría súper rica y una mayoría pauperizada y viviendo en villas miserias o marginalizadas.
Evidentemente la teoría del derrame fracasó. Es decir, no es cierto que si una minoría enriquece, la mayoría del pueblo después tendrá mejores salarios, mejores jubilaciones, barrios con cloacas. Al contrario, nos expropiaron la riqueza de Santa Fe en beneficio de unos pocos como las cerealeras, las bolsas de comercios y algunos bancos.
La mayoría del pueblo tiene en cambio que sufrir la defraudación económica (el caso de Vicentín fue extremo), y también el pasivo ambiental. Ahora no estamos respirando humo tóxico, pero lo hicimos durante tres años y vamos a ver las consecuencias en un futuro muy próximo. Una provincia con agrotóxicos, con personas que tienen cáncer y con problemas respiratorios producto de la contaminación ambiental.
Todo esto también es un pasivo que no solamente apunta a cómo nos quitaron la riqueza, sino también a cómo nos van contaminando como trabajadores estas grandes empresas. En San Lorenzo hay un gran problema de contaminación por la celulosa.
En resumen, creo que hay una gran potencialidad en nuestra provincia pero para que esté en manos de las mayorías tenemos que gobernar los trabajadores y trabajadoras.
—¿Cómo se avanza contra esas tramas de poder y con qué se las reemplaza?
—Es una pregunta estratégica. Tiene que ver en primer lugar con un balance del kirchnerismo, porque dicen que no gobiernan ellos sino las corporaciones pese a que estuvieron en el poder durante doce años. Ahora se suman otros cuatro con Alberto Fernández y Sergio Massa. Entonces si en 16 años no lograron gobernar a las corporaciones, entonces andate. Porque evidentemente no pudieron cambiar esa relación de fuerzas.
Pero es un debate más importante aún para la izquierda, porque muchas veces escuchamos “que buenas sus ideas pero nunca llegan”. Por eso tenemos que discutir cómo reunimos una fuerza social capaz de imponer las medidas de gobierno. Es el punto de debate que nos llevaron a unas Paso.
Vamos a una interna contra (Octavio) Crivaro del PTS y armamos una lista de unidad entre el Partido Obrero y el MST. El debate no es de cargos, sino de orientación. Hay que construir una relación directa con los reclamos populares más profundos. Por eso nuestra tarea diaria en comedores y merenderos, además de nuestro compromiso con el movimiento piquetero. Nos interesa agrupar a los trabajadores que fueron más golpeados por la crisis y están más desorganizados, o que no tienen sindicatos porque están en negro o fueron despedidos.
Es un punto muy importante el poder reunir esas fuerzas sociales. Somos constructores de los sindicatos combativos, de posición clasista. El día que controlemos cien sindicatos y podamos organizar a los barrios de Santa Fe, evidentemente la izquierda va a reunir esa fuerza social.
La nuestra no es una campaña electoral superestructural (de las redes, de los medios), sino que vamos a recorrer los barrios y los lugares de trabajo llamando a organizarse. Buscamos que las elecciones sean una instancia de militancia política y de ruptura con los partidos del régimen.
—¿Trabajan con el concepto de Economía Popular? ¿Qué opinan de él?
—Tenemos un debate con los planteos de Juan Grabois y de la Utep. Venimos de hacer una movilización en común junto a 250 mil personas porque (Victoria) Tolosa Paz claramente está aplicando la política del FMI como los recargos al “gasto social” o el despido de los trabajadores del Potenciar Trabajo. Es una política de recorte que apunta a cumplir sus metas para una “estabilización” que en realidad no estabilizó nada.
Estamos frente a una gran crisis y el plan del FMI no trajo ni siquiera los supuestos beneficios inmediatos de ese gran sacrificio popular que estamos llevando adelante para pagar la deuda fraudulenta tomada por (Mauricio) Macri. Y de otros gobiernos, porque la deuda pública ha sido una gran bola de nieve en los últimos 40 años.
Pero creemos que hay que pelear por trabajo en blanco y bajo convenio. Lo debatimos en una charla sobre la historia del movimiento piquetero, de la que participaron compañeros como Néstor Pitrola y el propio Grabois. Lo que planteamos es que en vez de agrupar a los recicladores urbanos (los mal llamados “cartoneros”), se organicen bajo un sindicato de trabajadores excluidos. Qué interesante sería armar una lista clasista para recuperar el sindicato papelero. Y que los recicladores urbanos sean incorporados a la rama de la industria que hoy representa al convenio colectivo de los papeleros.
En lugar de dispersar a los trabajadores, proponemos unificarlos bajo una misma rama que permita establecer un salario de convenio y ciertas normas laborales. Y combatir la desestructuración del movimiento obrero sufrida bajo el peronismo y que tiene al monotributo como el fraude laboral más extendido.
—¿Les interesa la cuestión relacionada a los "nuevos" empleos por plataforma?
—Sí, es un temazo. El otro día se descubrió que Milei, que hizo una campaña en contra de la registración de los trabajadores de las apps, les pagó a los repartidores para que le hiciesen campaña electoral. Él que plantea la idea de es el “futuro del trabajo”. Pero en realidad no es más que una reforma laboral por la vía de los hechos. Lo que están haciendo es obligarte a renunciar a tus derechos laborales, que costaron centenares de luchas, en favor de empresas que suelen ser multinacionales.
Se desligan de sus obligaciones. Si un repartidor mañana es baleado mientras reparte una hamburguesa, el tratamiento deberá ser costeado por la ART del monotributo. Es un fraude y tiene que ver con las políticas del FMI aplicadas por la vía de los hechos.
No salió la ley de reforma laboral porque la frenamos en 2017, cuando Macri puso en votación la reforma jubilatoria. Y sin embargo Alberto Fernández firmó con Toyota que se perdiera el sábado de descanso. Es otra forma de aplicar la reforma laboral por la vía de los hechos.
—Algo similar ocurre con los alquileres desde la aparición de plataformas como Booking…
—El tema de la vivienda y de los alquileres responde a la flexibilización del mercado. Por un lado, la Ley de Alquileres no vino a resolver el problema de la concentración de la tierra en pocas manos. Pero además hay una gran especulación inmobiliaria que favorece para que los alquileres estén cada vez más altos.
Lo fundamental en todo caso es que el salario no alcanza para nada. Tenemos un salario promedio de 80, 90 mil pesos y una canasta básica en 120 mil. Y esta diferencia lleva a que hoy la mayoría de los trabajadores seamos pobres. Aparece el pluriempleo y se degrada la calidad del trabajo que se consigue.
Estos son los grandes problemas del país. El FMI siguió avanzando con sus políticas y el gobierno del Frente de Todos las fue aplicando. Por eso el peronismo se va, porque defraudó, y se está preparando un recambio por derecha. Una derecha que está debatiendo cómo aplicar un ajuste más a fondo.
Ganó (Gerardo) Morales en Jujuy y al otro día tuvo una rebelión docente. Lo mismo pasó en Salta. La derecha discute cómo aplicar sus políticas a fondo con un pueblo que se rebela y resiste. Las elecciones nunca terminan de traducir el estado de ánimo de la sociedad. Por eso la elección tiene que servir para reagrupar las fuerzas y pensar en lo que se viene.
—¿Qué se viene?
—En la Argentina, la salida de fondo va a ser un debate de fuerzas entre los trabajadores y la clase capitalista. Tenemos que ver quién reúne la mayor cantidad de fuerza para imponer su salida.
—¿Cómo se ubica la fórmula electoral que encabezas en el marco de este panorama?
—Yo soy docente. Nuestro candidato a vicegobernador es Mauricio Acosta, delegado del CIET 107, un sector que viene dando muchas luchas contra los despidos y la persecución sindical a trabajadores que se estaban organizando por el salario y el pase a planta permanente. Entonces nuestra fórmula expresa la clase trabajadora de Santa Fe, porque la docencia rosarina y los trabajadores de los hospitales encabezaron muchas de sus luchas.
Toda la lista tiene estas características. Nuestra candidata a concejala en ciudad de Santa Fe es Edith Arrieta, constructora del Polo Obrero en muchos barrios y responsable de comedores y merenderos.
Por eso nuestra campaña se hace recorriendo, visitando los lugares de trabajo y concentraciones obreras. También junto a la juventud de la Universidad Nacional del Litoral y de la Universidad Nacional de Rosario. Este año tenemos Voto Joven y nosotros estamos muy a favor de que la juventud pueda expresarse políticamente. El primer voto tiene que ser por izquierda, rebelde, y no perdido en opciones políticas fracasadas o en liberales que pertenecen a la recontracasta.
—¿Cuál es la pregnancia actual de la izquierda en las juventudes?
—La juventud muchas veces no sabe que (Javier) Milei propone cerrar la escuela pública y reemplazarla por esa otra escuela-voucher donde solo estudia el que tiene plata. La juventud recibe un mensaje muy enlatado o preformateado por redes sociales, donde se plantea que todos van a cobrar en dólares sin contemplar los riesgos de una devaluación gigante y una probable hiperinflación.
Entonces estamos ante la tarea de llevar una clarificación política que nos interpele como izquierda revolucionaria. Tenemos que discutir con esa juventud que cree que una opción rebelde es votar a un tipo de la recontracasta.
Estamos haciendo charlas bajo el título “Las diez mentiras de Milei”, refutando su discurso desde la historia. Porque son propuestas que van a desatar una guerra civil en la Argentina. Incluso ya la burguesía lo ve como un peligro. Pero cumplió una función muy importante que fue la de galvanizar ideológicamente a todo un sector político que viene aplicando lo que propone Milei. Le sirvió a toda la clase política tradicional.