El Papa Francisco pidió "levantar la voz contra las injusticias"
El Papa Francisco dio inicio al 27º Jubileo con la apertura de de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro. Estuvo acompañado de católicos de los cinco continentes y representantes de otras confesiones cristianas.
El sumo pontífice arribó en silla de ruedas y afectado por un resfrío que le impidió celebrar al Ángelus el pasado domingo. Durante su sermón Francisco pidió "levantar la voz contra las injusticias" tras un año en el que abogó por el alto al fuego en Gaza, entre otros temas.
"La Puerta Santa que se abre en la noche de Navidad es una invitación a realizar un paso, una Pascua de renovación, a entrar en esa vida nueva que nos ofrece el encuentro con Cristo", dijo Jorge Bergoglio.
"El Jubileo nos llama a la renovación espiritual y nos compromete a la transformación de nuestro mundo", remarcó Francisco, para quien existe "un tiempo de jubileo para los países más pobres agobiados por deudas injustas; un tiempo de jubileo para todos los que están sometidos a formas de esclavitud antiguas y nuevas".
El evento cristiano convocó a 30 mil fieles, mientras que se espera que 30 millones de personas pasen por Roma para celebrar el Jubileo.
"La esperanza que nace en esta noche no tolera la indolencia del sedentario ni la pereza de quien se acomoda en su propio bienestar; no admite la falsa prudencia de quien no se arriesga por miedo a comprometerse, ni el cálculo de quien sólo piensa en sí mismo; es incompatible con la vida tranquila de quien no levanta la voz contra el mal ni contra las injusticias que se cometen sobre la piel de los más pobres", señaló Francisco.
Para el Papa de 88 años esa esperanza "exige de nosotros la audacia de anticipar hoy esta promesa, a través de nuestra responsabilidad y nuestra compasión".
"Todos nosotros tenemos el don y la tarea de llevar esperanza allí donde se ha perdido; allí donde la vida está herida, en las expectativas traicionadas, en los sueños rotos, en los fracasos que destrozan el corazón; en el cansancio de quien no puede más, en la soledad amarga de quien se siente derrotado, en el sufrimiento que devasta el alma; en los días largos y vacíos de los presos, en las habitaciones estrechas y frías de los pobres, en los lugares profanados por la guerra y la violencia", señaló.
Durante el miércoles 25, el Papa presidirá la ceremonia desde el balcón de la basílica de San Pedro e impartirá la bendición Urbi et Orbi. En tanto, el día siguiente Francisco tiene previsto visitará la prisión romana de Rebibbia donde rezará el Ángelus con los presos.