Cineastas de renombre internacional defendieron el cine argentino
Directores, productores, técnicos y actores de todo el mundo como Pedro Almodóvar, Alejandro González Iñárritu, Aki Kaurismäki y los hermanos Dardenne, entre otros 300, firmaron su adhesión a un comunicado en protesta por las medidas de recorte y cierres impulsadas por Javier Milei.
Directores, actores, productores y técnicos de todo el mundo se expresaron en defensa del cine argentino y criticaron las medidas del presidente Javier Milei que atentan contra contra el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC).
Unos 300 cineastas e intérpretes, entre los que se destacan Pedro Almodóvar, Alejandro González Iñárritu, Aki Kaurismäki, los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne, Gael García Bernal, Diego Luna, Olivier Assayas, Kelly Reichardt, Kleber Mendonca Filho y Juan Antonio Bayona, firmaron su adhesión a la iniciativa del colectivo Cine Argentino Unido.
En el mismo, se expresa en un comunicado el repudio contra las medidas incluidas del DNU 70/23 y la Ley Ómnibus que implicarían un recorte del 75% del INCAA, el cierre de la prestigiosa escuela ENERC y un fuerte retroceso en las industrias culturales del país.
“El cine argentino es una industria pujante que genera miles de puestos de trabajo, que exporta contenido e ingresa divisas al país. La aplicación de esta Ley tendrá un efecto devastador, incalculable e irreparable para toda la cultura y la soberanía nacional y muy especialmente para los trabajadores que dependen de las industrias culturales, generando miles de nuevos desocupados”, se expresa en uno de los últimos párrafos del comunicado del Cine Argentino Unido.
Este colectivo, surgido en Argentina en septiembre pasado, también defendió esta postura en el Congreso de la Nación, a través de la participación de directores nacionales como Lucrecia Martel o Santiago Mitre.
Al comunicado original, redactado en Argentina, el director brasileño Walter Salles le agregó dos nuevos párrafos, que se incluyen en el documento con las adhesiones internacionales: “La cinematografía argentina es una fuente de admiración e inspiración en todo el mundo. Por la excelencia de sus directoras y directores, por sus apasionantes actores, por sus excepcionales artesanos. Como dice Martin Scorsese, la cultura no es una mercancía cualquiera, sino una necesidad. Pertenece a un país, no a partidos políticos. Por eso, en países democráticos, cambian los gobiernos pero no el apoyo a la producción cultural. Toda nuestra solidaridad, en este momento, al INCAA y al cine argentino”.
Además de Salles y los antes mencionados, otras firmas internacionales que se sumaron a la defensa del cine argentino son las de Walter Salles, Pedro Costa, Asif Kapadia, Corneliu Porumboiu, Abel Ferrara, Mira Nair, Roger Corman, Isabel Coixet, Laurent Cantet, Maribel Verdú, Pablo Larrain, Justine Triet, Wagner Moura, Carlo Chatrian (Festival de Berlín), Maite Alberdi, Arnaud Desplechin, Jose Luis Rebordinos (Festival de San Sebastián), Alberto Barbera (Festival de Venecia), Emma Suárez, Juan Diego Botto, Andy Muschietti, Victor Kossakovsky, Manuela Martelli, Miguel Gomes, Sebastián Lelio, Walter Murch, Nadav Lapid, Jacques Audiard, Lav Diaz, Radu Jude, Alexandre Koberidze, Paz Encina, Lila Avilés, Sylvain George, Paulina Garcia, Joao Pedro Rodrigues, Alfredo Castro, Rodrigo Teixeira, Dominga Sotomayor, Rui Poças, Daniel Giménez Cacho, Andrés Wood, Kiro Russo, Rebecca Zlotowski, Pablo Stoll, Jonás Trueba, Kent Jones, Avi Mograbi, Joachim Trier, Marialy Rivas, Rithy Panh, Fernando Meireles, Bruno Barreto, Claudia Llosa, John Gianvito, Fernando Trueba, Luis Lopez Carrasco, Mati Diop, Amat Escalante y Carlos Reygadas.
A continuación, el comunicado completo, con los párrafos agregados por Salles:
Argentina supo construir una industria cinematográfica vibrante, heterogénea y dinámica desde sus comienzos. A partir del año 1944 el país cuenta con instituciones estatales que regulan y fomentan la actividad cinematográfica a partir de los propios recursos que la explotación audiovisual genera. Hoy, la industria cinematográfica implica decenas de miles de puestos de trabajo de calidad; forma profesionales que colaboran en coproducciones a lo largo y a lo ancho del mundo. Año tras año, el Cine Argentino está presente en los festivales de Cannes, Berlín, San Sebastián y Venecia, entre muchos otros, ofreciendo al mundo nuestra mirada, nuestras historias y nuestra identidad. Nada de esto hubiese sido posible sin políticas públicas de fomento a la cultura y sin la Ley de Cine que otorga fondos específicos para la actividad.
La Ley que el Poder Ejecutivo pretende que se apruebe suponen la destrucción del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y con él, las ocho sedes de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), institución que brinda educación pública y gratuita de alta calidad en todas las regiones del país. De esta manera, el nuevo gobierno, bajo el pretexto de la eficiencia económica, busca despojar a la sociedad de una herramienta vital para el ejercicio de la ciudadanía: la cultura.
No es casual. Un pueblo sin historia, sin memoria y sin identidad, es fácilmente dominado y deshumanizado.
El cine argentino es una industria pujante que genera miles de puestos de trabajo, que exporta contenido e ingresa divisas al país. La aplicación de esta Ley tendrá un efecto devastador, incalculable e irreparable para toda la cultura y la soberanía nacional y muy especialmente para los trabajadores que dependen de las industrias culturales, generando miles de nuevos desocupados.
"Desde Cine Argentino Unido defendemos el derecho de todos y todas a la expresión, al acceso a la cultura y a la posibilidad de que nuestro país siga sosteniendo una de las cinematografías más admiradas y aclamadas del mundo, como puede dar fé el alcance de esta solicitada.
La cinematografía argentina es una fuente de admiración e inspiración en todo el mundo. Por la excelencia de sus directoras y directores, por sus apasionantes actores, por sus excepcionales artesanos. Como dice Martin Scorsese, la cultura no es una mercancía cualquiera, sino una necesidad. Pertenece a un país, no a partidos políticos.
Por eso, en países democráticos, cambian los gobiernos pero no el apoyo a la producción cultural. Toda nuestra solidaridad, en este momento, al INCAA y al cine argentino.