Hamlet Lima Quintana: cien años de vida en un profundo homenaje al poeta necesario
Cosquín rendirá tributo a uno de los mayores narradores populares del país. Un caballero de las letras que interpretó con enorme sabiduría las necesidades de un pueblo. El reconocimiento será este domingo por la noche en la segunda luna del Festival Mayor de Folclore.
Por Diego Montejo
El 15 de septiembre de este años se cumplirán cien años del nacimiento del poeta Hamlet Lima Quintana. El comienzo de una serie de homenajes que se harán este año, urgidos por el rango de fechas al que obliga la 63 edición del Festival de Cosquín, será la noche del domingo, que vestirá al escenario Atahualpa Yupanqui con la obra de este celebre hombre de letras que trasvasó ya a varias generaciones.
En un espectáculo conceptual donde no faltará la poesía, el canto, las audiovisuales y la danza, distintos artistas se reunirán para este merecido tributo: Marián Farías Gómez, Enrique Llopis, Casiana Torres, Carlos Bergesio, Julio Lacarra, Mónica Abraham, Jorge Giuliano, Leo Bernstein, Martín Castro, su hijo Felipe Lima y su nieto Martín Lima.
El reconocimiento llega tras años de trabajo para fortalecer la imagen de este intelectual. Lima Quintana surtió al cancionero argentino de bellezas ineludibles que lograron cambiar la realidad costumbrista y paisajista del clásico folclore. El poeta colocó la metáfora, la imagen con pensamiento y el realismo social en el canto con mirada política desde la sencillez del hombre común y sus pesares. "Si no se vive como un hombre junto a todos los hombres, uno es turista de este mundo, fotografiando los paisajes”, solía decir. Zambas como “La amanecida” y “Zamba para no morir” marcan un antes y después en el repertorio argentino y latinoamericano, dando entidad a la realidad como una forma emergente de entender la militancia política.
Hamlet fue un pensador inquebrantable, un hombre de ideas y reflexiones en un tiempo convulsionado. Además de sus canciones y poemas, creó un pródigo catálogo de cuentos, y hasta una biografía, la única que existe hasta hoy, sobre la vida del maestro Osvaldo Pugliese. Además, ejerció el periodismo como modo de vida. Escribió para la agencia de noticias United Press y fue redactor del diario Clarín. También realizó trabajos “de hombre común” que impregnaron muchos de sus obras, entre ellas Cuentos para no morir, Los estafados o El oficio común.
Su nombre se asocia al mundo intelectual y artístico de Miguel Ángel Asturias, Rafael Alberti, Elvio Romero, Augusto Roa Bastos, Juan Gelman, pintores como Carlos Alonso, Carlos Terribili, Rodolfo Campodónico, Manuel Oliviera, el titiritero Javier Villafañe y cantautores como Silvio Rodríguez, Serrat, Paco Ibáñez, entre otros que lo citan como un referente.
De cara al homenaje de este domingo, su hijo Felipe Lima pone énfasis en los artistas que forman parte del elenco y dijo que se trata de personas “muy entrañables” que acompañaron a su padre en cada una de las etapas de su vida. Tal es el caso de Enrique Llopis al que consideran un hermano más y con quien comparten una cotidianidad permanente hasta el día hoy. Otra es Maríán Farías Gómez, amiga inquebrantable y miembro de una familia de músicos con Chango Farías Gómez a la cabeza y donde Hamlet compartía su tiempo en veladas interminables
Hamlet tuvo muchos hijos. Felipe Ramón Lima es fruto de su segundo matrimonio con la antropóloga argentina Alcira Imazio. Ana Cecilia Lima, Silvia Esther Lima, Germán Jorge Lima y Mariano Ventura Lima son los hijos con Esther Pujadas, su primera esposa, y Juan Martín Lima y Juan Cruz Lima hijos de su tercer matrimonio con Luisa Neves Lagos.
Felipe dice que al ser tantos hermanos, todos fueron viviendo distintos momentos en la vida de su padre. En su caso no pudo ser parte de las veladas en casa de los Farías Gómez, donde la Pocha Barros, madre de Chango, Mariano, Pedro, Marián y Bongo, recitaba sus poemas y servía suculentos platos criollos y donde artistas de la talla de Atahualpa Yupanqui y Eduardo Falú formaban parte de la mesa.
“Yo viví más ese tipo de experiencias en la casa de Armando Tejada Gómez, otro entrañable amigo de mi padre. Eran encuentros muy enriquecedores, interminables donde pasaba gran parte de la cultura de ese momento”, recuerda. Felipe asegura que su padre, al igual que Tejada Gómez, fue un poeta negado y olvidado. Ambos sufrieron el exilio y la persecución política en épocas dictaduras, incluso exiliados compartieron estadía en España en la década del '70. “Hamlet integró las listas negras de la última dictadura en Argentina que lo llevó en principio a esconderse y después a exiliarse. En el país no podía trabajar, después en democracia también fue difícil por eso marco lo del reconocimiento y esta idea de revalorizar su obra. Es injusto que no fuese en vida”.
Felipe es además un reconocido realizador audiovisual que trabajó una década en el Gran Teatre del Liceu, el teatro de la ópera de Barcelona; y formó parte del equipo de edición del ciclo de biografías documentales de NatGeo “Bios”. El año pasado presentó “Hamlet Lima Quintana, el poeta” un cortometraje dirigido por él con guion de su hermano Juan Martín que funcionó como un comienzo para el rodaje de una película sobre la vida de Lima Quintana.
La película está en plena etapa de trabajo y es de una carga emocional muy grande para su director que indaga ese pasado que lo atraviesa subjetivamente y del cual no puede escapar. En cada material encontrado sobre la vida de su padre, escasos de por sí, hay un retazo de historia que lo compromete y conmueve. “A veces debo hacer el ejercicio de tomar un poco de distancia para despegarme un poco de estar demasiado involucrado y a la vez converso con muchos colegas para tratar de salirme de ese lugar de hijo y ser solo un realizador”, expresa. “El material que vamos consiguiendo es a cuenta gotas y en ese andar aparecen cosas desconocidas para mí, por eso cada descubrimiento es un momento único”, narra en el final.