Ojitos Rojos: una empresa que milita la cultura cannábica y asesora en la compra de semillas
Llevan tres años en el mercado nacional y tienen un catálogo de más de 200 variedades genéticas. Compra consciente y segura y aprendizaje en conjunto, los pilares de la empresa.
Militancia cannábica, aprendizaje conjunto, salud y placer, compra, cultivo y consumo c
onsciente. Esos son los pilares de la distribuidora de semillas de cannabis Ojitos Rojos, que ya lleva tres años en funcionamiento y se expande a pasos firmes por todo el país.
Si bien la empresa se encarga de la venta de semillas provenientes de todo el mundo y de criadores nacionales, su objetivo principal no es la comercialización. Nació desde la militancia. Sus creadores y miembros tienen algo muy claro: “En este debate no hay lugar para tibios, o estás de este lado o te oponés a que la gente pueda autogestionar su salud y sus placeres”, explicó Sofia Morello a Santa Fe Plus. Es coordinadora del área creativa y sostiene que son una empresa joven en la industria del cannabis.
“Vinimos después, pero justamente por eso tenemos una perspectiva joven, fresca y un poco inconsciente, sin tantos miedos”, reflexionó y explicó que hubo mucha gente antes que militaba la cultura cannábica y era criminalizada, por eso están en diálogo continuo con esos actores, tanto para aprender de sus conquistas como también para compartir saberes y experiencias.
Ojitos comercializa las semillas a través de su página en internet, con una atención personalizada, y se encarga de entregarlas a domicilio.Tiene una comunidad de 200 mil seguidores en Instagram y trabajadores en diferentes puntos del país como Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, además del sur argentino y algunos puntos en Uruguay. Esto, según Morello, es un plus porque les permite conocer Argentina en su diversidad y entender cuáles son las luchas y las conquistas en los diferentes territorios.
El propósito es ser un puente entre la información “más dura” que tienen y fueron recolectando durante su militancia y el lenguaje que utiliza la gente. La empresa no solo realiza la comercialización de las semillas, sino que lleva adelante una atención personalizada a los clientes que se acercan a consultar o pedir productos. “Acompañamos el proceso de aprendizaje de las personas que deciden comenzar a plantar”, explicó Morello. Ese camino puede ser difícil y frustrante, por eso el rol de la empresa cobra gran importancia.
También son conscientes de que hay saberes o experiencias que se les escapan y muchas veces otras personas o los propios clientes que se acercan a consultar colaboran con nuevos conocimientos sobre las semillas y las plantas. Visto de esta manera, no se trata de otra cosa más que de un saber colectivo y una construcción de conocimiento constante y en comunidad.
Mamá Cultiva es una de las organizaciones con las que mantienen diálogo frecuente. De hecho, recientemente lanzaron dos genéticas en colaboración con la ONG, para aportar desde su lugar al trabajo que esas mujeres realizan. “Siempre tomamos capacitaciones con ellas, fueron mujeres pioneras en la lucha y la conquista de derechos de autonomía de salud”, sostuvo.
De esa manera, van entrelazando redes con los diferentes actores de la comunidad, algo que los enriquece a ellos y a la atención que puedan brindar.
Sofia explicó que a la empresa se acercan muchas personas que son nuevas en el camino del autocultivo. “Tal vez quienes tienen más experiencia nos piden los productos que necesitan directamente”, aclaró. Por todo eso, lo primero que hacen los integrantes de Ojitos es consultar por los usos que se le quiere dar a la planta (si es recreativo o terapéutico, por ejemplo), los resultados que le gustaría obtener, qué tipo de cultivo quiere realizar, qué sabores o efectos busca, entre otras cosas, para poder dar con la genética que más se adapte a las necesidades particulares de cada cultivador. “Tenemos un catálogo de más de 200 genéticas y la gente se pierde a veces”, aclaró.
Una de las opciones que brinda la empresa es elegir la semilla a través de un test en la página web. Allí uno puede ir indicando las preferencias y en base a eso se escogen varias semillas indicadas para lo que busca cada uno. También tienen un chat en el que los clientes pueden hablar con personas. “No es un robot, es un grupo humano que contesta”, afirmó Morello.
Cómo nació Ojitos Rojos
Sofia explicó que desde un comienzo el objetivo de Ojitos Rojos fue acercar genéticas de calidad a cualquier punto del país. “Nosotros incitamos a la gente a que si consume, no compre, sino que plante”, señaló. El autocultivo es el eje de la militancia y todos levantaban esa bandera desde mucho antes de formar parte.
“Tal vez una persona no tiene el espacio, las condiciones ni el tiempo para cultivar, pero puede armar un grupo con amigos u otras personas de confianza”, destacó. Es que para los miembros de la empresa santafesina, todo en comunidad es más fácil y enriquecedor.
Consultada por el narcotráfico, la joven advierte que es justamente el autocultivo la mejor herramienta para combatirlo, junto con educación de calidad para que cada persona tenga los recursos para hacer una elección responsable.
El primer paso como empresa fue romper con los miedos que da el primer cultivo. “Creemos que lo logramos porque la gente se anima a preguntar mucho y se entabla un diálogo hermoso”, apuntó.
Uno de los principales aprendizajes fue comprender que la planta es “un mundo” y se relaciona de manera diferente con cada persona. “Ese vínculo, ese efecto séquito de la conjunción de elementos que hacen mucho más juntos que por separado, es una interacción única”, remarcó y advirtió que lo que a algunas personas les hace bien a otras puede que no. Por eso, destacan la necesidad de una atención personalizada porque la búsqueda y el resultado son tan diversos.
La comunicación en la cultura cannábica
La comunicación es sin dudas un aspecto desafiante del negocio, sobre todo con la gran expansión federal que Ojitos Rojos generó. “Sabemos que es una gran responsabilidad, que es importante prestar atención a lo que contás, al lenguaje que usás, saber a quiénes te dirigís”, explicó Sofía. La pregunta es siempre la guía de todo el proceso.
La idea de Ojitos Rojos es aportar al mercado nacional siendo distribuidores en todo el país, un sector de la industria realmente prometedor. Mientras tanto, cumplen un papel fundamental y necesario en la cultura cannábica, que va más allá de la venta de un producto: “Nosotros tomamos el rol de divulgadores porque queremos serlo y mover desde el lado que podamos para que la sociedad sea un poco más justa”.