El secuestro de Campagnolo y el rol de Zazpe y la Iglesia durante la dictadura
El mismo día del golpe militar, el intendente de Santa Fe fue secuestrado. Sufrió torturas brutales, que marcaron para siempre su vida y su salud. En la causa judicial reapareció el debate en torno a la actuación de Monseñor Vicente Zazpe y la Iglesia Católica durante la dictadura cívico militar.
Por Nicolás Lovaisa
Noé Adán Campagnolo fue electo intendente de Santa Fe en 1973, representando al peronismo. El 24 de marzo de 1976, horas después del golpe de Estado de la Junta Militar comandada por Jorge Rafael Videla, fue trasladado a la Municipalidad, donde fue obligado a firmar la entrega del mando en presencia de un escribano. En horas de la tarde lo secuestraron.
Lo llevaron a la Guardia de Infantería Reforzada, uno de los centros de detención que utilizó la dictadura en nuestra ciudad, y donde incluso hubo detenidas que dieron a luz a sus hijos en cautiverio. Más tarde, encapuchado, se lo trasladó a otro lugar, cuya ubicación se desconoce. Fue torturado brutalmente: en los expedientes judiciales puede leerse que “según empleados policiales a Campagnolo le habían roto el ano con un bastón de goma y luego colocado una manguera conectada a una garrafa, abriéndole el gas, luego la cerraron y le pusieron la picana eléctrica, de forma tal que explotó el gas lastimándole los intestinos y Ia vejiga”.
El 1° de abril, debido a la gravedad de las lesiones que había sufrido como consecuencia de la tortura, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Piloto. Estuvo internado durante un año, volvió a la GIR y luego fue trasladado a la cárcel de Coronda. Recuperó su libertad el 3 de abril de 1978. Fue el propio Campagnolo quien contó su calvario en una entrevista con el programa “Entre Líneas”, conducido por Guillermo Tepper, en 1996.
Una persona contactó a Monseñor Vicente Zazpe para advertirle la situación por la que atravesaba el, hasta hacía apenas horas atrás, intendente de la ciudad. Zazpe se dirigió a Casa de Gobierno y se entrevistó con el Coronel José María González: el militar levantó el teléfono, llamó a la GIR y preguntó quién era responsable de lo que le había ocurrido a Campagnolo. Zazpe fue a esa dependencia policial y constató las torturas por los relatos de los propios uniformados.
También ese 24 de marzo de 1976, pero en horas de la mañana, un grupo de militares secuestró al diputado peronista Rubén Héctor Dunda: al igual que Campagnolo, fue trasladado a la GIR, donde fue golpeado y se le practicó un simulacro de fusilamiento. De allí lo llevaron a la cárcel de Coronda y fue liberado el 3 de abril de 1978, el mismo día que Campagnolo.
Zazpe: Luces y sombras
La actuación de Monseñor Vicente Zazpe en torno a la detención de Noé Adán Campagnolo, y su intento de inteceder por él ante el interventor de la dictadura (González) vuelven a poner en discusión su rol, y el de la Iglesia Católica, durante la dictadura cívico militar.
El 15 de septiembre de 1976, meses después del golpe y del secuestro en Santa Fe de Noé Adán Campagnolo, del cual Zazpe estaba al tanto, hubo una reunión de la cúpula de la Iglesia con la Junta Militar. De la misma participaron Juan Carlos Aramburu, Raúl Francisco Primatesta y Zazpe. “Hay desaparecidos que viven en Europa”, declaró Aramburu en 1982. Primatesta jamás recibió a las Madres de Plaza de Mayo.
El memo sobre esa reunión está guardado en la sede episcopal y, tal como reveló el periodista Horacio Verbitsky en distintas publicaciones, contiene frases esclarecedoras.
El objetivo de la reunión era "aclarar que de ninguna manera pretendemos plantear una posición crítica a la acción de gobierno". Además, dejar en claro que "los Obispos somos conscientes de que un fracaso llevaría, con mucha posibilidad, al marxismo y, por lo mismo, acompañamos al actual proceso de re-organización nacional del País, emprendido y encabezado por las Fuerzas Armadas, lo acompañamos con comprensión, a su tiempo con adhesión y aceptación".
Allí destacan que "parece haber abusos de poder, y a pesar de los notables esfuerzos del Gobierno en pro del País, pareciera que hubiera una falta de autoridad". "Ha habido y hay una imagen buena de las Supremas Autoridades, pero puede deteriorarse", precisan.
Un párrafo es por demás de elocuente: la cúpula eclesiástica se ve ante una disyuntiva y establece dos opciones. La primera, "un silencio comprometedor de nuestras conciencias que, sin embargo, tampoco le serviría al proceso". La segunda, "un enfrentamiento que sinceramente no deseamos". La conclusión, en mayúsculas: "EN CUALQUIERA DE LOS DOS CASOS EL PAÍS PIERDE".
Zazpe también estuvo presente en la reunión con Videla del 10 de abril de 1978, en la que el genocida admitió ante ellos lo que recién hizo público 34 años después: que los desaparecidos habían sido asesinados. Al igual que en aquella reunión de 1976, además de Zazpe estuvieron Primatesta y Aramburu.
Según reveló Verbitzky en Página 12, "el desarrollo completo de la reunión sólo está contenido en una minuta preparada por la propia conducción episcopal para informar al Vaticano y que nunca fue publicada". "Primatesta, Zazpe y Aramburu la redactaron en la sede de la Conferencia Episcopal al terminar el almuerzo antes de que los detalles se desvanecieran en su memoria", agrega el periodista.
La designación de Storni
En una entrevista con el portal Análisis Digital, el ex cura y fundador del movimiento de sacerdotes tercermundistas, José Serra, recordó el momento en el que Monseñor Vicente Zazpe designó obispo auxiliar a Edgardo Gabriel Storni, acusado de abuso sexual.
--¿Zazpe tuvo que ver con la designación de Storni?
--A ningún obispo auxiliar lo ponen sin autorización.
--Ese en todo caso no sería el problema, el problema es si Zazpe sabía lo de Storni…
--Tenía el informe, ya existía un informe. Ese informe desapareció. Había una gran presión del nuncio apostólico Calabresi.
-¿Por qué cree que Zazpe sabiendo todo eso decide ponerlo a Storni, también por la institución, es el mismo concepto?
--Cuando lo hacen obispo a Storni, el rector de la Inmaculada, quien estaba en una reunión y se entera, creo que viene un jesuita y le da la información de que lo habían hecho obispo a Storni y se pone blanco, deja la reunión y se cruza enfrente a hablar con Zazpe y le dicen “no, está en una reunión”, lo hizo dejar la reunión, y habló con él y le dijo “¿cómo puede ser? No puede ser obispo”. “Yo no lo hice”, le dijo Zazpe. ¿Vos lo propusiste? Yo no lo hice porque yo lo nombré segundo.” “No, vos lo pusiste segundo cuando se sabía que Jeremías (…) (que era un compañero que estudió conmigo que estaba N° 1 en la lista), había renunciado”. Además no le ponen nunca a un obispo titular un obispo auxiliar que él no quiera. Y Zazpe tenía el informe.
Los condenados
El Tribunal Oral de Santa Fe condenó a Jorge Diab y Ricardo Salomón por el secuestro de Campagnolo y Dunda y del vicegobernador Félix Cuello, a 16 años de prision.
Diab, a quien se le imputan 46 homicidios, asociación ilícita, cuatro secuestros y torturas y la supresión de identidad de María Carolina Guallane (recuperó su identidad en 1998: Paula Cortassa) fue Jefe de la 1ra Sección y luego segundo jefe del Destacamento de Inteligencia 122.
Salomón, por su parte, fue Oficial Auxiliar de la Guardia de Infantería Reforzada entre 1969 y 1983. Pese a su bajo grado dentro de la policía, los testimonios de otros uniformados son los que aseguran que fue el “autor directo, ejecutor inmediato de los ilícitos sufridos por Campagnolo”.
Después de seis audiencias, los jueces Luciano Lauría, José María Escobar Cello y María Ivon Vella decidieron apartar por razones de salud al tercer imputado: José María González, quien fuera el primer interventor tras el golpe del 24 de marzo de 1976.
Fue Jefe del Comando de Artillería 121, Jefe de Guarnición del Ejército de Santa Fe y Jefe del Área 212 de la Sub Zona 21 del Ejército Argentino. Fue condenado a cadena perpetua por ser considerado autor penalmente responsable de los delitos de allanamiento ilegal de domicilio, privación ilegal de la libertad cometida por funcionario público en perjuicio de Ana María Felisa Cavadini y Mario Osvaldo Marini, agravada respecto del segundo por uso de violencia, y homicidio doblemente calificado en perjuicio de Mario Osvaldo Marini, todo ello en concurso real.