Por César Malato (Militante Peronista y de la Ec. Social y Solidaria)

"Muerto el perro se acabó la rabia, decían los gorilas en el 55, cuando creían que a Perón lo tendrían que haber matado en la cañonera.
La verdad que matando un perro no se acaba la rabia. Ni encerrando un perro se acaba la rabia, ni encerrandoló en un canil se va a acabar la rabia. Ni encerrando un perro, o una perra, en un canil vas a evitar que todos los perros del barrio chumben".
Gallego Fernández, 19/7/2016

A quienes se regodean nuevamente con el acabóse del Peronismo a partir de las escenas y las denuncias de violencia ejercidas por Alberto Fernández contra su pareja Fabiola Yañez, les queremos restar al menos la mérito de la originalidad. Ya desde el golpe de estado del 1955 en adelante es que se anuncia la muerte y el enterramiento de este Movimiento Popular - una de las identidades políticas más viejas y perdurables del continente y del mundo- y lo hacen en anuncios que nunca festejan vida sino precisamente lo contrario: la muerte, del Peronismo en este caso.

Los agoreros de la muerte desnudan sus ganas y sus sentimientos contrarios a muchas de las políticas y las banderas que históricamente ha expresado el Peronismo , principalmente tres, que son las que le dieron sentido y origen a su existencia y fundación: Justicia Social, Independencia Económica, y Soberanía Política.

Lo maldito de estas consignas es que expresan, y algunos de nosotros creemos que por muchos años más, la vigencia en la vida nacional y continental de los Proyectos emancipatorios. Los Proyectos en los cuales se depositan las rebeldías y las expectativas de las grandes mayorías de nuestras poblaciones a favor de lograr condiciones de vida mas dignas. Lo contrario al imposibilismo y la resignación. Lo opuesto al individualismo y el sálvese quien pueda.

Comprobado una y otra vez, con cientos de artilugios y elucubraciones de pequeños y muy poderosos grupos, las minorías que ostentan más privilegios económicos y sociales, se frotan las manos con la idea de “matar o eliminar a los sucesivos perros” que les nacen a la vida nacional, y que tercamente se envuelven una y otra vez en banderas inclusivas y defensoras “para que reine en el Pueblo, el amor y la igualdad”. 

¿Sabrá despertar este viejo y a veces disperso Movimiento Nacional y recuperar, reinterpretando sus propias “partituras”, intentar ser nuevamente expresión o “nueva canción” de las jóvenes generaciones deseosas de utopías, y tremendamente descreídas de la política y de quienes representan sus estamentos?

¿Volveremos a parir o tal vez, estaremos gestando ya en estas épocas, dirigentes y militantes comprometidos con las necesidades sociales más urgentes e impostergables, para recuperar el noble instrumento de la actividad política, y ponerlo al servicio de la gestión y la lucha por mejores condiciones de vida, y del desarrollo del País y la región?

Claramente necesitamos – como el agua, el aire, o las esperanzas- nuevas canciones que reinterpreten y enamoren a las mayorías, y que las alejen del encantamiento de estos viejos y ya fracasados cantos de sirenas, que han fenecido reiteradamente en el podio de las peores épocas de nuestro País y de nuestras regiones.

Nada nuevo ni beneficios hay en el “Anarco- Colonialismo”, ni en el “Neoliberalismo”, ni en los nuevos “Estatutos de Coloniaje” que nos proponen libertarios y vendedores de globos y alegrías.

Festejamos la frase del español popular: 

“Los muertos que vos matáis,
Gozan de buena Salud”.