Tras una semana de paros en los puertos, el gobierno nacional intervino en el conflicto entre la industria aceitera y los trabajadores del sector. A través de la Secretaría de Trabajo, se impuso una conciliación obligatoria que busca reanudar las negociaciones paritarias y normalizar las operaciones portuarias.

La medida, que entrará en vigor de inmediato y se extenderá por 15 días, permitirá retomar las exportaciones de granos, una actividad clave para la economía argentina. Durante este período, ambas partes deberán sentarse a negociar y buscar un acuerdo que ponga fin al conflicto.

Según fuentes oficiales, la decisión de imponer la conciliación se tomó ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo entre las partes y la creciente preocupación por el impacto del paro en la actividad económica.

Por su parte, la Cámara de la Industria Aceitera argumentó que había solicitado la intervención del gobierno debido a la negativa de los sindicatos a permitir el ingreso de los trabajadores a las plantas y a retomar las actividades. La entidad empresarial destacó que ya había ofrecido un aumento salarial considerable y que las demandas sindicales excedían el marco de la negociación paritaria.

En las próximas semanas, se espera que las partes involucradas en el conflicto avancen en las negociaciones y encuentren una solución que satisfaga a ambas partes.