El tren de pasajeros que une Rosario con la estación porteña de Retiro transita por la cornisa de un destino que algunos presagian como de privatización inminente, o su cierre, llegado el caso. El deterioro en la calidad del servicio, impuntualidad, demora acumulada en el trayecto y otras dificultades han provocado una merma paulatina y evidente de usuarios, según datos de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT).

Luego de un 2023 en el que se llegaron a contar 303.000 pasajeros en un año récord, en lo que va de 2024, bajo la gestión Milei, el retroceso es insoslayable: 

1° trimestre: 83.841 pasajeros transportados.

2° trimestre: 67.466 pasajeros.

3° trimestre: 56.275 pasajeros.

Esto implica que en los primeros 9 meses de este año, dejó de viajar el 32,8% del pasaje.

"Es un paso previo planificado: decaer la calidad del servicio para hacer enojar a la gente y que se baje, y luego avanzar con la privatización", concluyó el concejal Lisandro Cavatorta, del bloque Justicialista.

El edil elaboró un análisis de la prestación del ramal en cuanto a pasajeros, desde su reactivación en 2015, con la inauguración de la estación Rosario Sur, su posterior extensión a Rosario Norte como estación cabecera, y más adelante la incorporación de escalas en San Nicolás, Zárate y Campana.

El servicio creció de 91.000 boletos vendidos en 2017 a 204.000 dos años más tarde.

“Sin embargo, durante la administración de Cambiemos  no se agregaron frecuencias y se suspendió el Plan Quinquenal de Ferrocarriles, que preveía 6 trenes diarios por sentido. Solo se extendió el tren a Rosario Norte, se agregaron algunas paradas (Empalme Villa Constitución, Ramallo, Baradero, San Pedro) y se bajaron los tiempos de viaje, producto del avance de obras de vías. Mejoras modestas para lo previsto originalmente”, observó Cavatorta.

Entre 2021 y 2023 fueron los años de mayor demanda en el servicio: de 215.713 pasajeros en 2021, a 303.266 en 2023. En la gestión Fernández se sumó el servicio expreso (2022), que permitió aumentar la oferta del corredor, se repararon formaciones, se agregaron paradas (Gobernador Castro, Lima, Arroyo Seco), se realizaron intervenciones en la estación Rosario Sur y se logró un récord de pasajeros.

Pero en diciembre pasado el Ejecutivo nacional congeló el gasto y suprimió toda obra pública. El informe de Cavatorta enumera: "Comienzo de un período de deterioro: se deja de abastecer al coche comedor, falta de agua en los coches, sanitarios sin insumos, falta general de mantenimiento, cancelación de todos los planes de expansión a futuro. Comienzo de incidentes producto de la cancelación de gastos corrientes: fallas recurrentes en locomotoras, que generaron muchas demoras en los servicios. Se paralizaron las obras en Rosario Sur.

Finalmente, en mayo pasado dejó de correr el servicio expreso. Para agosto, la merma de pasajeros ya era evidente: 23.477 en julio, 16.739 en agosto, 16.059 en setiembre, 16.625 en octubre. 

“No se trata de una caída explicada por motivos estacionales sino que es una tendencia que se profundiza con el correr de los meses. Durante los mismos meses del año anterior la cantidad de pasajeros transportados fue inmensamente superior al registro de este año, siendo los valores de agosto 2023 de 24.712, de septiembre de 2023 de 24.895 y de octubre de 2023 de 28.023”, planteó el concejal.

En este mes, como corolario, Cavatorta tomó nota de dos señales: un presupuesto 2025 que no contiene ninguna partida para obras en el tramo entre Buenos Aires y Rosario; y la licitación para instalar 35 barreras en el corredor, lo que habría permitido una disminución en los tiempos de viaje.

A propósito

Viajar en el tren entre Retiro y Rosario cuesta $12.000 en primera, y $15.400 en pullman. Prácticamente, un tercio del costo de un pasaje en ómnibus. Tiene un servicio diario desde Retiro a las 19.30, y otro desde Rosario Norte a las 3.01. El trayecto debería insumir 6 horas y media, una meta que ya no se cumple. 

"Es una lástima porque es una forma económica y segura de viajar a Buenos Aires. Entonces, ante este declive la gente busca transporte desregulado por afuera de todo control. Crecen servicios paralelos de colectivos, combis, autos en los que viajan 5 o 6 personas, remises truchos. Es el resultado de la desregulación del transporte como ocurre en otros países como Perú y Bolivia. Empieza la informalidad del transporte público y se vuelve inseguro, imprevisible", se alarmó. Para el edil, hay razones de sobra para considerar este panorama como "un camino de postas hacia la privatización del servicio; o en el peor de los casos, hacia su cierre".