La Justicia imputó a tres de los cinco policías que fueron detenidos esta semana, acusados de encubrir a una banda que durante enero pasado cometió balaceras en distintos lugares públicos, dejando mensajes mafiosos para el gobernador Maximiliano Pullaro y otros funcionarios provinciales. Además, se los acusa de haberle “plantado” armas a un joven vinculado con la banda de “Los Tripi”.

“La gravedad institucional que estamos viendo es inusitada porquee están encubriendo seis hechos de balaceras que tienen mensajes intimidatorios contra el gobernador y la TOE. Uno de los policías trabajaba en el Centro de Justicia Penal y es el que hace el nexo con la banda rival que este miércoles fue allanada”, explicó a la prensa el fiscal Franco Carbone.

En este sentido, aseguró que los policías “conocen a los autores, reciben las armas, encubren a los autores y quieren inculpar falazmente a la facción rival”. “Lo terrible de todo esto es que una persona estuvo ilegítimamente privada de su libertad e hicieron incurrir en error a distintos funcionarios judiciales. No son policías, son corruptos. Están en connivencia con los narcos y trabajan para ellos”, cerró. 

Cabe señalar que los otros dos policías que habían sido detenidos el pasado domingo -junto a los tres que este miércoles fueron imputados-, recuperaron la libertad el lunes y no llegaron a la audiencia pero continúan vinculados a la causa por haber prestado consentimiento en la falsificación del acta del procedimiento ilegal. 

La investigación se da en el marco de las balaceras -registradas entre diciembre y enero- contra una sucursal del Banco Macro, el hospital de Emergencias -HECA-, la comisaría 19na., la sede de la Tropa de Operaciones Especiales, un joven que resultó herido en Pedro Lino Funes y Cerrito y una estación de servicio de Avellaneda y 27 de Febrero.

Según el fiscal, los policías no solo encubrieron sino que, el 31 de enero pasado, "plantaron" tres armas de fuego, calibres 9 milímetros, 40 y .380 y un cartel con un mensaje contra el gobernador Pullaro para incriminar falsamente a un joven allegado al clan Tripi, que conducía una camioneta Toyota Hilux.