La única salida es colectiva y solidaria
Por César Malato (Militante Peronista y de la Ec. Social y Solidaria)
Obviar la realidad desde los medios de comunicación, cuando esa misma realidad nos explota todos los días en la cara, es una actitud y un ejercicio de interpretación, que obedece a intereses que pueden ser particulares o sectoriales. Nunca son “objetivos”. La objetividad tan pregonada muchas veces desde las usinas de los medios hegemónicos, es una pantalla detrás de la cuál se esconden poderosos intereses empresariales, que a su vez persiguen objetivos políticos, y ayudan en cuantía a poner y sacar Presidentes, Gobernadores, Ministros.
Como aceptar a un Presidente que se auto percibe topo o Terminator, que expresa con convicción que “viene desde el futuro”, y que está empeñado en la tarea de destruír el Estado desde adentro, auto imputándose un sentimiento de odio, y una misión de destruírlo desde adentro?
Cuales son las causas, los motivos, expresados desde la democracia y la política pública, para que uno de sus empecinamientos sea terminar con los derechos sociales, no entregar comida a los comedores escolares ni comunitarios, destruir nuestra moneda nacional, vetar una ley que tiene la intención de dar mejoras a los ingresos de las y los jubilados, cortar los medicamentos para personas que sufren enfermedades sociales?
Aquellas y aquellos que tenemos la posibilidad de expresarnos desde algún medio, siempre elegimos de que hablamos, y de que cosas no hablamos. Que cuestiones mencionamos o podemos en agenda, y que cosas, por no mencionadas, silenciamos. Lo mismo quienes en lo privado dejamos pasar cuestiones y hacemos incapié en otras, o en el ámbito de socialización: en el bondi, la escuela, el club, la cola del super.
Desde las organizaciones de la Economía Social y Solidaria, expresamos, siempre que tenemos la posibilidad, que una de nuestras misiones, quizás la que concentra más energías en nuestra actividad cotidiana- es darle visibilidad a aquellos colectivos más postergados, menos visibles, que no tienen posibilidad de incidir en la opinión pública, que no están en los medios. A diario, desde cada una de sus localidades y pueblos, Mutuales y Cooperativas, y otras organizaciones vinculadas a los proyectos e iniciativas sin fin de lucro, entrelazan propuestas y militancias sociales que ayudan a mejorar las condiciones de vida de sus poblaciones, y a concretar sus aspiraciones comunitarias en formatos asociativos y colaborativos.
Generar trabajos decentes, desarrollar actividades respetuosas del medio ambiente, establecer ámbitos laborales contemplativos de las diversidades y colaborativos con quienes sufren más necesidades, establecer acciones que promuevan la mejora de los servicios para quienes trabajan por su cuenta, o desde pequeñas empresas autónomas o en redes, mirarnos en formatos sociales más justos e inclusivos, son algunos de los desafíos que enunciamos e implementamos en los ámbitos en los cuales nos toca vivir y desempeñarnos.
Debemos decir que este año, y en los últimos seis meses, esas minorías invisibilizadas se han convertidos en amplias mayorías, por acción y obra de las políticas implementadas por el Ejecutivo Nacional. Amplias mayorías empujadas abruptamente hacia condiciones menos dignas de vida: carestías de comidas, pasajes, medicamentos, alquileres, destrucción de puestos de trabajo por cientos de miles, quita de presupuestos a Universidades y Escuelas, reducción de ingresos a Jubiladas y Jubilados; PyMEs que no pueden sostener su actividad porque no pueden pagar la energía, el gas, el alquiler, entre otras calamidades.
Mientras “el topo”, disfruta de hacernos daño - quizás mucho de ese daño irreparable- muchas y muchos comenzamos a pensar que cosas, acciones, tareas, actitudes, que vamos a tener que encarar con más fuerza cuando logremos – colectivamente- frenar esta página negra de la historia de nuestro País. Recomponer lazos, estrechar manos, mirarnos a los ojos, sonreírnos, tendernos una mano – o varias- seguramente sea parte de la fórmula de siempre para restañar, reparar algo o mucho del profundo agujero común que nos va causando esta política de la crueldad.