Por César Malato (Militante Peronista y de la Ec. Social y Solidaria)

Reparación democrática y demandas insatisfechas multiplicadas por muchas. Las autoproclamadas “fuerzas del cielo” nos ensanchan la vereda de la insatisfacción a quienes desde la política pensamos siempre en construir democracias sociales, inclusivas, con ampliación y creación de derechos, y accesos más simples y por parte de las mayorías a bienes y servicios comunes: luz, agua, gas, salud, educación, vivienda, trabajo, alimentación saludable. Más personas con vidas dignas y mejores condiciones de vida. Las mayorías no discriminamos.

Las similitudes de este momento con otros creados por las clases dominantes en otros países de nuestro Continente son trágicamente abrumadoras: destrucción de puestos de trabajo, otorgamientos de beneficios para sectores empresarios ricos, concentrados, y por supuesto también extranjeros. Quita de beneficios e incentivos para PyMEs, pequeños agricultores, e industrias nacionales. Derogación de beneficios sociales y de derechos laborales. Deterioro de los ingresos y quita de descuentos en medicamentos a trabajadoras, y Jubiladas y Jubilados. Asistencia cero para sectores de nuestras poblaciones que no pueden completar su alimentación por falta de trabajo e ingresos insuficientes. Niñas y niños por debajo de la línea de la pobreza y la indigencia. Todo eso “regado” con crueldad y represión salvaje: el famoso Protocolo “anti-piquetes” de la Ministra de Inseguridad Patricia ya se aplica contra cualquiera que se anime a protestar. La muestra: palos y gases pimienta para las Jubiladas y Jubilados que manifestaron esta semana en el Congreso. Cuando las paciencias populares parecen agotarse, la “política de la crueldad” redobla la apuesta, imagina e implementa crueldades mayores.

La única posible componedora de estas tropelías sigue siendo la política. El Congreso de la Nación dio esta semana también señales de que no todo es ley del “siga, siga”:

-  El rechazo al DNU que otorgó $100 mil millones de pesos para los espías nacionales para el control social, el hostigamiento de opositores, sindicalistas y periodistas díscolos;
- La aprobación de la Ley con amplias mayorías para recomponer los ingresos de Jubiladas y Jubilados;
- La aprobación en Diputados de la Ley de financiamiento Universitario;

son algunas de las muestras de que a este Gobierno autoritario se le achican los espacios. Semana tras emana se desgranan los apoyos de aquellos que -de nuevo- quisieron ver en los Hermanos Miley, la herramienta para “terminar con el populismo”, “el fin del peronismo”, y “los sindicalistas ladrones y corruptos”, entre otras calamidades. Gobernar quitando impuestos y obligaciones a los ricos, y liberando las manos a los grandes empresarios para que despidan trabajadoras sin indemnización, no nos hace mejorar las condiciones de vida a todas y todos.

El próximo desafío es quizás el más grande en muchos años: ¿cómo volver a hablarles a quienes festejaron la llegada de “la licuadora, la dolarización -cada vez más lejana- y la motosierra”? ¿Con que propuestas vamos a sensibilizar a los miles y miles de desocupados, y de trabajadores precarizados -deliberys, plataformas, cuentapropistas, monotributistas- para que vuelvan a considerar a la Política y los Políticos, como posible cauce válido para solucionar sus necesidades mas urgentes? ¿Qué formato organizativo vamos a ofrecer a los sectores más postergados y empobrecidos de nuestras poblaciones ? ¿Cómo vamos a incorporar a la Economía Social y Solidaria -Cooperativas, Mutuales, Empresas autogestionadas, colectivos feministas, ecologistas- a nuestro pliego de propuestas?

Tal vez una síntesis del camino pueda ser juntarnos las y los agredidos por estas políticas neo colonialistas, representadas por falsos libertarios, y deponer desde ahora posicionamientos sectoriales y personales en el proceso político que ya está entre nosotros, con vistas a los recambios legislativos del año próximo. 

Anteponer las discusiones de las candidaturas por un Concejal más, o un Diputado menos, los nombres propios, y las ambiciones personales por sobre la Propuesta Política y las herramientas de políticas públicas a implementar parece ser el peor y mas mezquino sendero. Apostamos y movilizamos todas nuestras energías para estar en sintonía con lo complejo del desafío.