La carne vacuna mantiene una alta imagen positiva en el país pese al avance de tendencias que plantean un menor consumo, según una encuesta realizada por el Monitor del Consumo de Carnes del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva).

Cuando la gente ve una imagen de hacienda o un rodeo típico del campo argentino, 75% de las emociones totales resultan positivas y 25% negativas, consigna el trabajo del Ipcva.

"Las emociones positivas se vinculan mayoritariamente a campo, carne argentina, naturaleza, trabajo y argentinidad; en tanto, las negativas se asocian a sufrimiento, maltrato y explotación de los animales y sensación de culpa", precisó.

Asimismo, cuando la gente está enfrente de una foto de un plato de comida con presencia de carne, "la preponderancia de emociones positivas es aún más alta", resaltaron Adrián Bifaretti y Eugenia Brusca, del departamento de promoción interna del Ipcva.

En este caso, las emociones positivas se encuentran en un 88% de las respuestas y están relacionadas con satisfacción sensorial que aporta el producto (delicioso, placer y disfrute) pero también con la alimentación, la nutrición y el impacto favorable en la salud.

Por el contrario, las emociones negativas tienen todavía menos peso en la totalidad de las respuestas (sólo 12%), vinculadas principalmente con pensamientos asociados a crueldad animal y al rechazo del producto por la sangre y la impresión que provoca.

La gente tiene actitudes positivas o negativas hacia los distintos productos, una vez que chequea aspectos funcionales (precio, rendimiento), aspectos simbólicos (si permiten expresar la pertenencia o la aspiración de pertenecer por ejemplo a cierto grupo de referencia social) y los aspectos éticos y morales (por ejemplo el grado de identificación con los valores que transmiten estos productos).

Para lograr un posicionamiento exitoso, "es fundamental la consideración de estas cuestiones", resaltaron, además de advertir que "se debe tener mucho cuidado porque los escenarios cambian y de repente nuevos requerimientos emergen y el mapa emocional que despierta la carne puede verse afectado por nuevas estilos de vida y hábitos de consumo".

"A pesar del avance del veganismo y otras conductas alimentarias que plantean un menor consumo de carne en el país, existe en la Argentina una pasión por la carne vacuna como en ningún otro lugar del planeta", concluyeron Bifaretti y Brusca.