"Si Jatón se suma al frente le vamos a marcar nuestras diferencias"
El concejal de Juntos por el Cambio se sentó en el living de Santa Fe Plus para hacer un análisis de la gestión municipal actual, con la que mantiene "serias diferencias", además de brindar detalles sobre la campaña electoral vigente. "Chuchi Molina tiene serias chances de ser la próxima intendenta", confíó el edil radical que también se ilusiona con la idea de Maximiliano Pullaro gobernador.
El concejal cambiemita Carlos Pereira tiene muy pocas concesiones para hacerle al intendente Emilio Jatón, pese a ser un posible aliado del frente opositor que toma cada vez más forma en la provincia.
Desde su punto de vista, el actual mandatario se equivocó al perfilar un Ejecutivo de “municipalismo básico”, fórmula que buscó simplificar el rol del Estado local pero que tampoco le dio frutos —dice— a causa de su “ineficiencia”.
“Encarnamos dos proyectos totalmente diferentes y le marcaremos nuestras diferencias”, explica sobre la posibilidad de que el experiodista, por su cercanía al socialismo, se termine sumando el frente opositor.
En cambio, ve en Adriana Molina una candidata de peso y le adjudica "serias chances de ser la próxima intendenta".
“Sentimos un apoyo creciente cuando caminamos la calle. También notamos una importante necesidad de cambio y de recuperar proyectos para el crecimiento económico”, argumenta al respecto.
Sobre el debate por Movilidad que marcará el ritmo del período legislativo vigente, cuestiona: “El intendente envió un mensaje para charlar el transporte público de la próxima gestión, porque no se puede aprobar en tan poco tiempo”.
“Nos parece que el pliego fue hecho a las apuradas porque el intendente no quería llegar al último año de gestión diciendo que no cumplió con sus promesas”, asevera.
—¿Qué le pareció el discurso de apertura de las sesiones ordinarias realizada por el intendente Emilio Jatón?
—El discurso me pareció bastante decepcionante. Lo marcamos en su momento con Chuchi Molina e Inés Larriera, con quienes integramos el bloque de concejales de Juntos por el Cambio. Fue un discurso escaso de proyectos. Se reiteraron promesas anteriores y que nunca se concretaron. No hubo ningún proyecto estratégico o medida nueva, salvo el anuncio sobre un plan de viviendas que me pareció una falta de respeto, porque es un lindo titular pero no se dijo nada de cómo va a llevarse a cabo. No corresponde dar un anuncio institucional sin sus detalles mínimos. Fue un anuncio para decorar un discurso escaso de ideas.
—También anunció la puesta en marcha del Bici Punto: ¿qué opinión tiene de esta política?
—El sistema de bicicletas públicas era una deuda vieja porque el intendente desarmó el que teníamos vigente. Estuvimos más de tres años sin ese servicio, pese a que lo viene prometiendo desde el inicio de la gestión. Sin embargo, atravesamos toda la pandemia sin las bicicletas que hubiesen sido muy útiles como reemplazo del colectivo.
Pero Bicicletas públicas hay en todas las ciudades. Además hoy tenemos mayores posibilidades tecnológicas que hace 15 años atrás, cuando se ejecutó el primer sistema de bicicletas públicas. Pero lo veo muy acotado, solo para el centro de la ciudad. Hablamos de un intendente que señala la necesidad de integrar a Santa Fe, pero si la bicicleta se aleja un poco del macrocentro suena una alarma y se la tienen que sacar.
Claramente es una segregación para dos tercios de los santafesinos. Es una medida más para la clase media que viva en la zona céntrica.
—¿Cómo ve a la ciudad bajo la gestión Jatón?
—Voy a tomar la propia línea de pensamiento del intendente. Generó un plan integral con un presupuesto para obra pública que, según él, abonaría a la integración de la ciudad. Lo repitió hasta el cansancio.
Sin embargo, el presupuesto de ese programa siempre estuvo muy por debajo de la inversión de las gestiones pasadas, en particular durante el segundo mandato de José Corral. Uno no entiende cómo, con menos plata, se va a integrar más a la ciudad. Pero además se viene ejecutando un tercio de ese programa.
Esto se repitió en los tres años. Por ejemplo, el año pasado tenía fijado seis mil millones de pesos, de los cuales se ejecutaron solo dos mil millones. O sea que es una “integración” acotada y mal ejecutada, porque la cantidad de obras impulsadas están muy lejos de lo que se prometió.
—¿A qué atribuye este cuadro de situación que está describiendo?
—Me parece que hay mucha ineficiencia. Por ejemplo, muchas licitaciones demoradas y mal hechas donde los plazos se vuelven extensos y las promesas nunca se cumplen. Hay algunas obras que están iniciando ahora y que se prometieron al inicio de la gestión. Es decir que, año tras año, se viene prometiendo poco y se hace menos.
—¿Cómo calificaría el diálogo del Ejecutivo para con el Concejo?
—Hacia el interior del Concejo tenemos buena convivencia, pero se hace muy difícil el diálogo con el Municipio. Las reuniones con funcionarios se dilatan, o directamente ni vienen. Ejemplo: el sistema de transporte público atravesó la peor crisis con la pandemia en el 2020, pero recién pudimos charlar del tema con un funcionario en agosto de 2021, después de que el sistema se destruyó. Pasamos más de un año y medio sin poder siquiera charlar.
Hay muchas áreas del gobierno donde el debate se hace muy difícil.
—¿Qué espera del debate por Nocturnidad que habilitó el Ejecutivo al enviar los pliegos de una nueva norma al Concejo?
—El intendente hizo pocas promesas de campaña, una de ellas fue licitar el sistema de transporte. Pero llegó tres años tarde y en medio atravesamos la pandemia. En todo ese tiempo, no hubo ninguna medida del Ejecutivo para dar respuestas. Más bien, lo único que se hizo fue recortar el sistema para que pierda calidad.
Es falta de acción era un argumento más para licitar rápido. Pero nos parece que el pliego fue hecho a las apuradas porque el intendente no quería llegar al último año de gestión diciendo que no cumplió con sus promesas. El problema es que el proceso de debate y licitación llevará por lo menos un año: entro en diciembre y ya estamos en marzo sin novedades. Entonces, el intendente envió un mensaje para charlar el transporte público de la próxima gestión. Mientras tanto vamos a seguir padeciendo los mismos problemas y con la pérdida de pasajeros.
El pliego es una estrategia de comunicación recurrente del intendente, que ante problemas estructurales envía proyectos como para mostrar que se está ocupando, pero sin resolver ninguna cuestión de fondo.
—Más allá de lo ya planteado y en base a sus recorridas barriales: ¿cuáles son los principales temas a abordar en la ciudad?
—El intendente llegó diciendo que iba a volver a un municipalismo básico que sea capaz de atender bien los servicios. Planteaba que el Ejecutivo local había tomado cuestiones que no eran de su competencia, y pensaba, por ejemplo, que no debía meterse en cuestiones de seguridad. Esto es tan claro como que el Municipio sigue sin tener un área dedicada al tema. La palabra “seguridad” desapareció de su órbita, pero la realidad le dio un cachetazo y se convenció de que algo tenía que hacer.
El tema es que este municipalismo básico tampoco funcionó. Hay nuevas intervenciones de iluminación que son financiadas por Provincia, pero la Intendencia debe mantenerlo y eso no funciona: barrios enteros a oscuras, avenidas donde no se cambian cables ni los focos. Doy otro dato: el Municipio recibió de la anterior gestión 15 camiones hidroelevadores. Los quince están rotos.
También se puede hablar del estado de las calles de tierra en el norte de la ciudad, que es lamentable, pero tampoco hubo mantenimiento de los desagües. Hoy muchas familias se inundan con 20 o 30 milímetros de lluvia, y se debe a que no se limpió una cuneta en todo este tiempo. Se pueden agregar además los problemas con la recolección de residuos, fundamentalmente con los montones de basura que se acumulan durante semanas.
Es decir que ese municipalismo básico no funciona, y a la par no hubo ningún proyecto estratégico. ¿Cuál es el plan de la ciudad que se puso en marcha durante estos tres años? Ninguno.
—¿Este panorama los ilusiona en la idea de recuperar la Intendencia?
—La ciudadanía nos volvió a dar su confianza en las elecciones de 2021, donde JxC ganó de una forma muy clara y contundente con Chuchi Molina a la cabeza. Estamos acompañando la voluntad de toda la gente que nos votó y quiere un cambio en la ciudad, personas que vieron un retroceso en los últimos tres años de gestión.
La candidatura de Chuchi está confirmada y estamos trabajando en una propuesta de gobierno. Tuvimos varios encuentros multitudinarios con equipos técnicos, con asociaciones y vecinos que quieren aportar a un proyecto de futuro para la ciudad de Santa Fe.
Chuchi está muy en la calle y en contacto con vecinos y entidades.
—¿Qué propuesta de ciudad están trabajando?
—En las últimas décadas creció mucho la demanda para con los gobiernos locales y hoy un Municipio debe estar en casi todo. En algunas casos con competencias y recursos limitados, pero no puede no tener políticas de educación, por ejemplo. La actual gestión solo sigue con los jardines municipales, pero nosotros teníamos una Secretaría de Educación que fue desarmada. Tampoco se puede no tener políticas de salud, una arista sobre la que no se hizo nada aún en pandemia.
Lo mismo sucede con las políticas de seguridad, donde el intendente salió en estos últimos meses a intentar cosas a los apurones, pero en tres años y medio no instaló una sola cámara.
—¿Cómo debe abordarse la seguridad desde un Municipio?
—El Municipio no tiene policía ni capacidad de perseguir delincuentes, pero puede hacer mucho. Hay muchas experiencias exitosas que demuestran que un Municipio, en materia de prevención, puede trabajar mejor que un gobierno provincial, por una cuestión de cercanías.
En este sentido, la prevención es tener un buen centro de monitoreo, es contar con una guardia urbana (porque su sola presencia ayuda a disuadir conflictos), y es poder trabajar con alarmas comunitarias monitoreadas por el Municipio. Pero además, en los últimos años aparecieron un montón de dispositivos tecnológicos (como Ojos en Alerta y las cámaras inteligentes) que pueden ser gestionados por una gestión local.
Sin embargo, tenemos un intendente que llegó con la concepción de que el Municipio no debía hacer nada en la materia y que disolvió el área de Seguridad para reemplazarlo por el de Convivencia Ciudadana, que está bien pero que no es estrictamente “seguridad”. También retiró los móviles de la GSI para el patrullaje… todas medidas que las justificó en distintas declaraciones públicas, pero la realidad le empezó a dar cachetazos y se dio cuenta de que no podía estar ausente.
—Hablando del panorama electoral, puede afirmarse que el radicalismo se vio potenciado en los últimos años: ¿cómo lo ve a nivel local?
—Estamos trabajando muy bien en JxC. Desde lo nacional hay una fuerte expectativa de que volvamos a gobernar el país, ya sea con alguien del radicalismo o del Pro. En la provincia se abre la fuerte expectativa de que por primera vez, después de muchísimos años, tengamos un gobernador radical. Estamos trabajando junto con (Maximiliano) Pullaro y está conformándose un frente de frentes en el que no tenemos dudas de que Maxi tiene muchísimas posibilidades de liderar.
A nivel local, indudablemente tenemos a un peronismo que está atravesando una crisis muy grande. Hizo una elección muy mala y no está brindando posibilidades de renovación. Incluso se siente resentido con los resultados a nivel nacional y provincial, que están haciendo mal las cosas y los debilita.
Creemos que, en este contexto, y más aún pensando en los resultados de las últimas elecciones, Chuchi Molina tiene serias chances de ser la próxima intendenta. Por supuesto que no damos nada por hecho y debemos trabajar mucho.
—¿Se sienten mas fortalecidos que hace dos años?
—Sentimos un apoyo creciente cuando caminamos la calle. También notamos una importante necesidad de cambio y de recuperar proyectos para el crecimiento económico. No tenemos ninguna iniciativa para fomentar la economía de la ciudad, porque se abandonaron los proyectos del polo logístico e industrial. El Municipio no puso casi recursos para el sector del turismo y dejaron de financiar eventos. El Estado abandonó esos lugares y considero que tanto el TC 2000 como los grandes recitales de las gestiones pasadas, por dar algunos ejemplos, fueron importantes dinamizadores del sector turístico.
—Y al sector privado, ¿cómo lo ve?
—Está muy golpeado por la situación económica general. El industrial, el comerciante o los empresarios no tienen tiempo para proyectarse a futuro porque está tratando de salvarse hoy.
Pero la ciudad de Santa Fe tiene sectores emprendedores muy potentes, así como muchos sectores y áreas nuevas a explotar. Por ejemplo, podemos ser muy importantes en el ámbito de las tecnologías de la información, donde muchos empresarios están tomando personal y exportando mucho.
Por eso creemos que hay que generar un “pequeñísimo” Silicon Valley en la ciudad: un polo tecnológico al lado de Estación Belgrano. Serían dólares que ingresarían directamente.
El sector gastronómico y de la noche también está muy disconformes.
—¿La nueva ordenanza de nocturnidad puede ayudar a estos últimos?
—La nueva ley no cambia nada. No hay nada nuevo que se esté haciendo en base a la Ordenanza. Cuando se dio la discusión en el Concejo, nuestro bloque se abstuvo. Lo hicimos porque creemos que la noche de Santa Fe tiene una serie de problemas que son producto del retiro del Estado del espacio público, y que no era un problema que requiera de una nueva normativa.
Por supuesto que los años pasan y uno debe modernizarse, pero la normativa que salió no soluciona ninguno de los problemas vigentes. Por ejemplo, las picadas y los parlantes altos en barrio Siete Jefes son un problema, pero no tienen nada que ver con la nocturnidad tal como se plantea en la norma. Otro tema son los trapitos en barrio Candiotti, o la dificultad para llegar a las zonas de boliches. Ejes que tampoco tienen nada que ver con la “nocturnidad”. Es decir que el grueso de los conflictos relacionados a la noche pasan por otro lugar.
Sí empezó a haber un poco más de presencia municipal, debido a que estamos ante un cuadro de situación insostenible. Pero aún faltan controles y mayor presencia estatal.
—¿Qué opiná de la posibilidad de que Jaton se sume al frente de frentes?
—La decisión de acercarse a JxC es de Jatón. Nadie va a ponerle palos en la rueda, pero debemos marcar que encarnamos dos proyectos totalmente diferentes. Se vio en las elecciones pasadas, donde nuestra propuesta fue muy crítica a su gestión, incluso mucho más que la propuesta del peronismo.
Dicho esto, considero que es una cuestión que se dilucidará en el ámbito electoral.