Vuelve el tour de compras a Chile: cosas que cuestan la mitad que en Argentina
Electrodomésticos, indumentaria, artículos para bebés, neumáticos, electrónica... todo se encuentra al otro lado de la cordillera entre 60 y 90% más barato, por imperio de la inflación y el tipo de cambio en Argentina. Por lo tanto, se reaviva el flujo de consumidores hacia el país vecino
La creciente brecha cambiaria y la inflación en Argentina han impulsado un fenómeno sin precedentes: la fiebre de las compras en Chile. Atraídos por precios considerablemente más bajos, miles de argentinos cruzan la cordillera para adquirir desde electrodomésticos hasta artículos para bebés.
Un relevamiento de precios revela diferencias abismales en productos de diversas categorías. Por ejemplo, un par de zapatillas Adidas Galaxy 6 se encuentra en Chile a un precio 70% menor que en Argentina. Lo mismo ocurre con teléfonos celulares de alta gama, televisores, consolas de videojuegos y notebooks, donde los ahorros pueden superar el 50%.
¿Por qué los precios son tan distintos?
La combinación de una menor carga impositiva en Chile, un tipo de cambio más favorable y una mayor competencia en el mercado explican estas diferencias. Además, la devaluación constante del peso argentino agudiza el contraste con el peso chileno, haciendo aún más atractiva la opción de comprar en el país vecino.
La diferencia de cambio es de 1,37. Si algo en Chile cuesta $1000 de su moneda, equivale a 1.370 pesos argentinos.
El regreso de los tours de compras
Ante esta demanda, las agencias de viajes y empresas de transporte han reaccionado rápidamente, ofreciendo paquetes turísticos que incluyen el traslado, alojamiento y hasta asistencia para las compras. Esto ha facilitado aún más que los argentinos puedan aprovechar estas oportunidades.
Productos más buscados
Entre los productos más demandados por los argentinos se encuentran:
- Electrónica: Celulares, televisores, computadoras, consolas de videojuegos.
- Calzado y ropa: Marcas reconocidas a precios más accesibles.
- Automóviles y repuestos: Neumáticos, baterías y otros componentes.
- Artículos para bebés: Cochecitos, butacas y accesorios.
- Electrodomésticos: Aires acondicionados, heladeras y lavarropas.
Por ejemplo, un par de zapatillas Adidas Galaxy 6, que en Argentina rondan los $63.000, en Chile se encuentran al equivalente de 37.000 pesos argentinos.
La telefonía celular también conviene allende la cordillera. Un Samsung S24 que aquí cuesta $1.750.000, allá se lo consigue por $959.000, claro que es de contado, nada de cuotas como sí se puede en Argentina.
Un televisor led de 50 pulgadas, marca LG, cuesta allá el equivalente a $452.000, mientras que acá está a $720.000.
En consola de juegos, una Xbox Series S de 512GB cuesta en Argentina $850.000 aproximadamente, y en el país vecino, lo equivalente a $547.000.
En notebooks, una Lenovo Ideapad 3 Intel Core i3 cuesta allá $548000 argentinos; y acá $897000.
Un clásico es el cambio de neumáticos en tierra trasandina. Por ejemplo, la cubierta Bridgestone 185/60 R15 Turanza ER300 se consigue en Chile a solo $105.353 argentinos, mientras que aquí no baja de 198.000 pesos. Y si hay que cambiar el juego completo, sacar cuentas.
Pensando en el verano inminente, un equipo de aire acondicionado Samsung split inverter frío/calor de 12.000 BTU (3.000 frigorías) cuesta en Chile el equivalente de $466.000, el mismo que en Argentina vale $1.032.000.
Un alivio para el bolsillo
Para muchos argentinos, esta tendencia representa una oportunidad para acceder a productos de calidad a precios más razonables. Sin embargo, es importante considerar los costos adicionales del viaje, como el combustible, peajes y alojamiento, antes de tomar una decisión.
¿Cuánto se puede ahorrar?
Los ahorros pueden ser significativos, especialmente en productos de mayor valor. En algunos casos, los argentinos pueden encontrar descuentos de hasta un 87% en comparación con los precios locales.
¿Hasta cuándo durará esta tendencia?
Si bien es difícil predecir el futuro, expertos consultados coinciden en que esta situación podría mantenerse mientras persistan las diferencias económicas entre ambos países.